Puebla, un estado con una rica herencia cultural, es conocido por sus zonas arqueológicas que revelan la grandeza de las civilizaciones prehispánicas que habitaron la región. Si te apasiona la historia y el patrimonio, estos sitios arqueológicos son una visita obligada.
Aquí te presentamos los más impresionantes de Puebla que debes explorar para descubrir su historia y belleza.
Cantona es una de las zonas arqueológicas más impresionantes de Puebla, notable por su adaptación al accidentado terreno de roca volcánica.
A diferencia de otras zonas arqueológicas con calzadas y calles más planificadas, Cantona presenta construcciones asimétricas, una característica poco común en Mesoamérica.
En esta antigua ciudad, que fue la más importante del Altiplano, encontrarás alrededor de 4,000 estructuras interconectadas, incluyendo templos, calles amuralladas y juegos de pelota. En su apogeo, Cantona albergaba hasta 7,500 unidades habitacionales, aunque solo se han explorado aproximadamente 2,700 en la parte sur.
Hoy en día, puedes recorrer grandes calzadas, patios, restos de viviendas, 12 estructuras piramidales, tres conjuntos de juegos de pelota y el museo de sitio.
Cholula es una de las zonas arqueológicas más reconocidas a nivel nacional e internacional.
Ubicada a 10 kilómetros al poniente de la ciudad de Puebla, Cholula destaca por su Gran Pirámide, la cual es el basamento piramidal más grande del mundo, con 450 metros por lado.
La ciudad tiene una historia cultural que se remonta al Preclásico Tardío, y durante el Clásico se convirtió en un importante nodo en las redes comerciales mesoamericanas.
La Gran Pirámide está dedicada a Tláloc y los patios ceremoniales del sur y del poniente son testimonio de su importancia histórica y estratégica.
La región de Tehuacán, situada en la Junta Auxiliar de San Diego Chalma, es fundamental en la historia de la domesticación de plantas como el maíz.
Durante el Posclásico, Tehuacán fue un importante centro de culto y cabeza política de la región. En el sitio se registran 644 estructuras, incluyendo 29 piramidales.
Las áreas destacadas incluyen la Plaza del Templo de Fuego Nuevo, el templo dedicado a Ehécatl-Quetzalcóatl, el Templo Mayor y el Templo de las Calaveras. Aunque solo se han explorado 16 de las 126 hectáreas del sitio, la riqueza arquitectónica y cultural es notable.
Yohualichan, que significa "la casa de la noche", es un importante centro ceremonial totonaca ubicado en lo alto de la Sierra Madre. Este sitio es conocido por su arquitectura monumental, incluyendo un juego de pelota de casi 100 metros de largo.
La zona cuenta con majestuosas estructuras piramidales y es famosa por sus nichos característicos, similares a los del edificio principal de El Tajín.
Aunque no se han encontrado marcadores o aros de juego de pelota, es probable que estos fueran hechos de materiales perecederos.
Ubicada aproximadamente a dos horas de la capital poblana, la zona arqueológica de Teteles del Santo Nombre es clave para entender la interacción entre las áreas del Centro, Golfo y Oaxaca durante la época prehispánica.
Esta zona, habitada por la cultura popoloca entre el 400 y el 650 d.C., fue uno de los asentamientos urbanos más importantes del periodo Clásico en el centro de México, contemporánea de grandes ciudades como Teotihuacán y Cholula.
Teteles del Santo Nombre destaca por sus pirámides, siendo la más grande de más de 22 metros de altura, con similitudes arquitectónicas a Teotihuacán. Las pirámides, que estaban inmersas en una densa vegetación han revelado su grandeza a medida que se han descubierto.