El aguacate es uno de los productos más exitosos de la exportación agroalimentaria de México, por lo que se ha convertido en el principal proveedor de este maravilloso fruto. Pero, ¿sabías que en Atlixco se construyó una casa destinada exclusivamente al cultivo de una nueva variedad de aguacate?
En el Pueblo Mágico de Atlixco, cerca del mercado Benito Juárez, yace una fachada color amarilla que oculta en su interior un tesoro único e histórico. La llamada “Casa del Aguacate”, hoy “Casa de la Ciencia”, tiene 113 años de historia.
De acuerdo con cronistas atlixquenses, en 1911 Carl Schmidt, en búsqueda del mejor ejemplar de aguacate, llegó hasta la casa de Alejandro LeBlanc, ubicada actualmente en calle 3 Poniente 1102, en el centro de Atlixco.
Schmidt llevó consigo un ejemplar de este fruto recolectado en Atlixco a Altadena, California, donde tras varios años y eventos que la planta de Atlixco logró sobrevivir. Esta variedad fue reconocida como fuerte y destacada entre las mejores del país.
Durante las décadas del 20 al 40 del siglo pasado, California y Atlixco establecieron una estrecha relación gracias a que Adolfo Rodiles, de la hacienda San Diego La Blanca, y Enrique Gilly, de la hacienda de Xahuentla, actuaron como viveros de esta variedad de aguacate para los productores estadounidenses.
Decidieron llamar a esa variedad “Padre” o “Fuerte”, y para conmemorar este hecho nombraron a la casa donde se ubicaba el resto de la planta, como la “Casa del Aguacate Padre”.
Sin embargo, tras varios años de gloria, hoy solo queda el tronco del árbol original, el cual ya no florece y se hace acompañar de una placa conmemorativa colocada en 1938.
Hoy, esta casa recibe el nombre de la "Casa de la Ciencia", un museo educativo dependiente del Instituto Universitario de Puebla A.C., el cual abrió sus puertas al público en 1997. Está dirigida por el doctor José de Jesús Romero, egresado de la Universidad de Kansas, Estados Unidos, con especialidad en Matemáticas.
El aguacate tiene sus origines en Puebla
La historia de este preciado fruto inició en el año 8,000 a. C en una caverna de Coxcatlán, ubicada en la región de Tehuacán, Puebla. Así lo revela un estudio realizado por Salvador Sánchez Colín, Pedro Mijares Oviedo, Luis López-López y Alejandro F. Barrientos-Priego, el cual cuenta la historia del aguacate en México.
Por otra parte, en el códice Florentino se mencionan tres tipos de aguacate: aoacaquauitl, tlacacolaoacatl y quilaoacatl, los cuales, es posible que correspondan a las tres razas que son conocidas ahora.
Puebla es el séptimo estado del país con mayor producción de aguacate.
Datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural indican que existen cerca de 400 variedades de aguacate, pero las que más se producen en Puebla son: aguacate Hass, Fuerte, y Criollo
Aguacate Hass
Este tipo es el más conocido y comercializado; es de pequeño tamaño, rugoso y de piel oscura y pulpa amarilla. Su porción de agua es del 70 por ciento, mientras que también cuenta con un amplio contenido de vitaminas B y E.
Aguacate “Fuerte”
Esta variación del Hass es poco conocida, pero nació en Atlixco. Su forma es de pera, pero sin brillo, su piel es fina y áspera. El sabor es fuerte, pero brinda un mayor aporte nutricional. Las personas que lo conocen, aseguran que su textura es similar a la de mantequilla.
Aguacate Criollo o Nativos
Este fruto es pequeño y perfumado, tienen un sabor fuerte e inigualable, lo mejor de este tipo de aguacate es que se puede consumir con todo y cáscara.