Ubicado en la junta auxiliar de La Libertad, en Puebla capital, el volcán Cuexcomate es considerado el más pequeño del mundo.
Este volcán tiene 951 años de existencia, y apenas fue en el 2014 cuando las autoridades locales trabajaron para convertirlo en un punto turístico para los propios pobladores y como atractivo para turistas nacionales y extranjeros.
Cuenta con una altura de 13 metros sobre el nivel de la plaza. El diámetro exterior del cono es de 23 metros, mientras que el cráter cuenta con un diámetro de 8 metros.
El nombre proviene del náhuatl cuexcomatl, que significa "olla de Barro o lugar para guardar que correspondía con su estado, ya que en época de lluvia se convertía en un lodazal, por su caída de agua.
Su origen se debe al brote de agua sulfhídrica y lava volcánica. Presumiblemente, el Cuexcomate se formó en el año de 1064.
Una erupción del volcán Popocatépetl habría activado la circulación de aguas termales que se abrieron paso entre la roca calcárea del Mesozoico, dando origen al géiser.
Por ese motivo, el Cuexcomate se compone de calcita en un 99%, que difiere del típico sílice opalino llamado geiserita.
Tiene un yacimiento de agua cristalina. Las paredes del Cuexcomate, tanto por fuera como por dentro, parecen como hechas de piedra pómez, de una piedra caliza, y debido a la humedad que éste guarda es que cuenta con brotes de verdes pastos o algún otro tipo de vegetación.
En su interior se ve un pequeño yacimiento de agua cristalina con peces, que proviene de ríos subterráneos.
Se cree que debajo de él se encuentran venas de agua que cruzan la capital de Puebla, una de ellas se dirige hacia Cholula y otra a Atlixco.
No se estanca el agua y tiene caída como de cascada por un sistema de circulación que colocaron. El agua que llega a tener salida termina en el río Atoyac.
Actualmente es un volcán inactivo, pero de acuerdo con datos dados a conocer su última actividad fue en el año 1662 y en lugar de lava arrojaba agua a altas temperaturas como un gran géiser.
Existe una leyenda cholulteca que cuenta que es hijo de Popocatépetl e Iztaccíhuatl, que a partir del encuentro de ambos el primero liberó su ira y amor en una erupción, creando así la manifestación de su gran poder: el volcán más pequeño del mundo, el Cuexcomate.
En la actualidad, no se puede visitar, por motivos de la pandemia por Covid-19, pero en circunstancias normales se puede visitar de las 10:00 a las 18:00 horas y el costo para visitar el interior es de 15 pesos.
De la Ciudad de México al volcán Cuexcomate, se hace un trayecto cercano a las 2 horas en auto. A continuación te damos la ruta por la autopista México-Puebla, que incluye el peaje de dos casetas, equivalente a 184 pesos y en total de ida y vuelta, se deben pagar 368 pesos.
De acuerdo con el Instituto de Geología de la UNAM, los volcanes son, esencialmente, una de las múltiples manifestaciones superficiales y subsuperficiales de la energía interna del planeta.
La actividad volcánica tiene una relación directa con la existencia de calor en zonas relativamente profundas de la corteza, las cuales son conocidas como cámaras magmáticas.
Éstas se caracterizan por tener temperaturas y presiones más elevadas que las de los materiales que las rodean, y en su interior coexiste una mezcla de materiales en estado sólido, líquido y gaseoso llamado magma.
El ascenso de los gases y fluidos por diferencias de densidad y temperatura es un proceso físico fundamental.
De ahí que el magma más caliente que el material que lo rodea tienda a subir y tratar de llegar a la superficie.
Cuando existe el conducto que le permite salir, y arrojar así todo el material sólido, líquido y gaseoso, se forma un edificio predominantemente de forma cónica, alrededor de la boca o fuente de emisión del material.
Este tipo de actividad puede durar del orden de los cientos de miles de años a un millón de años con manifestaciones esporádicas de distinta intensidad.
Algunos de los ejemplos más relevantes de esta actividad son los grandes volcanes mexicanos como el Popocatépetl, Pico de Orizaba y Colima.
Estos grandes aparatos volcánicos cesan su actividad cuando el sistema que aprovisiona a las cámaras magmáticas deja de funcionar.