Uno de los enigmas más fascinantes en la historia de Puebla es la desaparición del avión Cuatro Vientos, un acontecimiento que ha generado una serie de teorías y leyendas a lo largo de los años. El avión, que desapareció antes de llegar a la Ciudad de México, lleva consigo una historia envuelta en misterio y especulación.
El vuelo del Cuatro Vientos
En 1933, los pilotos españoles Mariano Barberán y Joaquín Collar lograron un hito en la historia de la aviación: un vuelo sin escalas desde Sevilla hasta La Habana. Este acontecimiento marcó un antes y un después en la aeronáutica, pero la verdadera tragedia comenzó cuando intentaron continuar su travesía hacia la Ciudad de México y desaparecieron sin dejar rastro.
¿Qué ocurrió con el Cuatro Vientos?
La aventura comenzó el 11 de junio de 1933, cuando iniciaron su travesía en el avión Cuatro Vientos, diseñado para cubrir los ocho mil kilómetros entre Sevilla, España, y Cuba, siguiendo la ruta de Cristóbal Colón. Después de 40 horas de vuelo, los pilotos aterrizaron en Camagüey, Cuba, donde fueron recibidos como héroes por completar el vuelo más largo sin escalas de la historia.
El viaje continuó, y tras cruzar con éxito el océano Atlántico, los pilotos se dirigían a la Ciudad de México. Sin embargo, después de haber sido despedidos como grandes héroes, el avión Cuatro Vientos desapareció en el aire sin dejar rastro. La noticia rápidamente se difundió tanto a nivel nacional como internacional, y los gobiernos de España y México organizaron una exhaustiva búsqueda tras el último avistamiento del avión sobre Ciudad del Carmen.
A partir de ahí, comenzaron a surgir diversas teorías sobre el paradero del avión. Algunos apuntaban que el Cuatro Vientos había caído en la Sierra Mazateca, en los límites de Puebla y Oaxaca, mientras que otros mencionaban que fue visto por última vez sobre la península de Yucatán, cerca de Paraíso, Tabasco.
La leyenda del Cuatro Vientos
A lo largo de las investigaciones, comenzó a circular un rumor que incrementó la atención sobre el caso: muchos creían que el avión transportaba un tesoro valioso.
Con el tiempo, esta versión fue ganando fuerza. Testimonios de lugareños hablaban de un posible aterrizaje en las montañas de la Sierra Mazateca o en el Cerro de la Guacamaya, donde se decía que los pilotos habían sido secuestrados por habitantes locales, quienes pensaban que podrían robarles objetos valiosos.
Según algunos relatos, los secuestradores, tras varios días de cautiverio, asesinaron a los tripulantes y enterraron el avión junto con los cuerpos en algún punto de la serranía.
La presión sobre las autoridades fue tal que, en un giro inesperado, un habitante de la región fue arrestado y acusado de asesinato y robo. Sin embargo, más tarde fue liberado al no encontrarse pruebas en su contra.
El misterio dio un nuevo giro cuando, casi un mes después de la desaparición del Cuatro Vientos, un trabajador de una finca cercana a la playa de Chiltepec encontró una cámara de neumático. La pieza fue enviada a la embajada española en México, donde se confirmó que pertenecía al avión desaparecido y servía como salvavidas en caso de caída al mar.
Aunque este hallazgo sugería que el avión pudo haber caído al mar, los medios sensacionalistas se encargaron de alimentar la leyenda del secuestro y asesinato de los pilotos, lo que le dio un tinte aún más sombrío a la desaparición.
A día de hoy, el misterio del Cuatro Vientos sigue siendo uno de los relatos más enigmáticos de la aviación, dejando preguntas sin respuesta y una leyenda que perdura en la memoria colectiva.
