Un elemento fundamental durante la tradicional partida de la Rosca de Reyes es la ubicación de los niños que contiene. Sin embargo, el principal interés radica en saber cuántos niños Dios están ocultos, a la espera de ser descubiertos.
Este desenlace, que generalmente está lejos de considerarse como un privilegio, es visto por muchos como un castigo. Según la tradición, quien encuentre o descubra a un niño al partir la rosca deberá poner los tamales el Día de la Candelaria, cuando, como marca la parafernalia, el niño será presentado en el templo.
Por ello, la partida de la rosca, ya sea en el ámbito laboral o familiar, se traduce en un ritual escrupuloso donde se establecen reglas claras. Por ejemplo, quien deje al niño expuesto al cortar la rosca debe quedarse con él, o también la obligación de partir horizontalmente el trozo de rosca que se ha cortado para demostrar que el niño no está oculto ahí.
Incluso, en casos extremos, se intenta evitar que alguno de los participantes oculte el hallazgo para eludir el compromiso de pagar los tamales.
En suma, al concluir la partida de la rosca, el número de niños encontrados debe coincidir con el que previamente se informó que contenía.
¿Hay límite para el número de niños en la Rosca de Reyes?
La realidad es que no existe un límite para el número de niños que pueden estar ocultos en la Rosca de Reyes. Esto depende de las dimensiones del producto y, por supuesto, de la habilidad del panadero para ocultar y distribuirlos a lo largo y ancho de la masa, antes de su cocción.
Existen roscas pequeñas que contienen solo uno o, como mucho, dos niños, hasta roscas gigantes que llegan a ocultar hasta diez. Por ello, son las panaderías o expendios los que generalmente informan a los compradores sobre el número de niños que contiene cada rosca.
En general, la tradición de la Rosca de Reyes, ligada al consumo de tamales, es una muestra del sincretismo cultural entre las tradiciones prehispánicas y la religión católica.
Se trata de una tradición en la que quien encuentra la figura del niño en la Rosca de Reyes se asume como su padrino o madrina.
Cabe destacar que, en el México prehispánico, los tamales eran un alimento tradicional que se ofrecía a los dioses como ofrenda.
Eso sí, los tamales deben estar acompañados, inevitablemente, de atole, y si es un champurrado, mucho mejor.