La temporada de chiles en nogada es una efeméride gastronómica muy esperada por muchos en México.
La llegada de este platillo a los restaurantes es la antesala para una de las épocas más esperadas por los mexicanos, las Fiestas Patrias.
Está por concluir la temporada 2022 de los chiles en nogada. Aunque no existe una fecha fija, con septiembre y la llegada de octubre concluye el periodo en el que se pueden consumir esta receta tan típica de la cocina de Puebla.
Esto se debe a que es precisamente en esas fechas es cuando se cosechan los ingredientes de los chiles en nogada: el chile poblano, la granada, la manzana panochera, la nuez de Castilla.
Existen restaurantes que han intentado vender "chiles en nogada fake", es decir, en cualquier época del año. Sin embargo, los 100% originales solo se pueden consumir de julio a septiembre.
De hecho, hay un dicho muy poblano al respecto: San Juan cuaja y Santiago raja.
Junto con los chiles en nogada llegan los molletes poblanos, el postre ideal para acompañarlos.
Puebla tiene una gastronomía muy variada y rica, en sabores y recetas, algunas de las más emblemáticas -como los chiles en nogada- solo se consiguen en una temporada del año.
Si bien termina la época de las Fiestas Patrias y el chile en nogada, ya inició el otoño y con ello se acerca el Día de Muertos y, en el calendario gastronómico poblano, la temporada del mole de caderas, también conocido como huaxmole o huachimole.
El mole de caderas es un platillo tradicional de la mixteca.
La temporada inicia el 20 de octubre en Tehuacán con el festival de la matanza.
El mole de caderas, como otros platillos tradicionales, nace cuando los frailes dominicos llegaron a la mixteca en el siglo XVI, incorporando a la región, además de su religión, su cultura y su gastronomía.
El sabor de este platillo proviene desde la misma alimentación de los chivos que emplearán, a los cuales se les brindan generosas cantidades de sal, y manzana, se mantienen hidratados solo por agua de limón, para asegurar que su carne tendrá un sabor fuerte.
La gastronomía mexicana es considerada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. A este nombramiento, en gran medida ha contribuido la cocina poblana.
Incluso, la gastronomía poblana puede considerarse como la cuna de la comida mexicana, por su riqueza en sabores, ingredientes y platillos.