Uno de los principales atractivos de Chignahuapan es su producción de esferas navideñas.
Al año, este Pueblo Mágico, ubicado en el norte del estado de Puebla, recibe a miles de visitantes quienes visitan los talleres y fábricas de esferas de Navidad.
Durante el mes de octubre inicia la temporada alta de venta de esferas, que los productores de esta artesanía fabrican durante todo el año. La “Feria Nacional del Árbol y la Esfera” en Chignahuapan se realiza durante la última semana de octubre y principios de noviembre.
Pero, ¿cómo inició esta tradición? ¿Por qué Chignahuapan se convirtió en el pueblo de las esferas de Navidad?
Un estudio publicado por Claudia Montaño Pérez y Serafín Ríos Elorza del Colegio de Tlaxcala, da cuenta de esta historia.
Así llegó la eterna Navidad a Chignahuapan
Las esferas navideñas llegaron a Chignahuapan en 1968, cuando Rafael Méndez, originario del estado de Jalisco, se mudó a esta comunidad y decidió establecer un pequeño taller.
En el artículo “La producción de esfera y el desarrollo local en Chignahuapan, Puebla”, se detalla al respecto:
La promoción de la esfera inicialmente fue de boca en boca, refrendándola la calidad del producto, en donde los clientes llegaban principalmente al taller de origen desde 1968, para después, por recomendaciones de los propios productores y población en general, desplazarse a otros, dado que en ese momento no existían expendios, normalmente la venta se realizaba en los hogares.
Foto: El Castillo de la Esfera
Este primer taller tuvo sus primeras escisiones en 1970, cuando varios trabajadores decidieron independizarse y crear sus propios negocios, con una organización familiar.
Se generó entonces una relación de dependencia y colaboración entre el primer taller y los otros negocios que surgieron.
En 1970 es cuando el aprendizaje la experiencia y el espíritu emprendedor de algunos de los trabajadores del primer taller, permiten la separación del mismo para formar los propios con organización familiar, generándose una relación de dependencia con el de origen, que sirvió en sus inicios como proveedor de algunos insumos para poder así elaborar sus productos, al tiempo que colaboraba con ellos en la compraba de parte de su producción para cumplir con los compromisos comerciales que ésa unidad productiva había establecido con anterioridad.
Foto: El Castillo de la Esfera
En un principio, las esferas de Chignahuapan se vendieron en municipios cercanos como Zacatlán, Tlaxco, Tlaxcala, Puebla. Posteriormente, el comercio se extendió hasta la CDMX.
Siendo de 1970 a 1985 el periodo más productivo para la empresa original debido a que contaban con una plantilla mayor a 100 trabajadores dentro de ella y se producían de 25 a 30 mil cajas de esfera semanalmente, llegando a exportar a países como España, Venezuela y Estados Unidos de Norte América.
El reino de las esferas de Navidad
Las esferas de Chignahuapan tienen fama internacional. Su belleza y alegría ha traspasado fronteras y océanos, llegando incluso a ser parte de la decoración navideña de El Vaticano.
Debido a la calidad, originalidad y belleza de las esferas de Chignahuapan, en ocasiones los productores locales donaron 3 mil 200 piezas para decorar la capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe en el Vaticano, en Roma, cuyo costo se estimó en 60 mil pesos, monto que fue absorbido por los artesanos y el municipio.
Foto: El Castillo de la Esfera
Según la Dirección de Turismo Municipal de Chignahuapan, hay alrededor de 3 mil artesanos dedicados a la fabricación de esta artesanía, con 370 talleres, aproximadamente, que posicionan al municipio como el mayor productor nacional.
Desde hace varios años, la elaboración de esferas navideñas da empleo a 70% de la población de Chignahuapan, de manera directa o indirecta.
La derrama económica que alcanza la producción de esferas durante la época navideña supera los 200 millones de pesos.