Por unanimidad, el Pleno de la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Puebla busca que los estromatolitos y otras especies micro endémicas que habitan en la Laguna de Alchichica, se incluyan en la lista de las especies y poblaciones de flora y fauna silvestres con categoría de riesgo.
Los legisladores aprobaron un acuerdo para exhortar al titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en el Estado de Puebla (Semarnat delegación Puebla), a realizar las gestiones para incluirlos en dicha categoría, a partir de los criterios de asignación de la Norma Oficial Mexicana NOM-059.
Ya en el año 2012 un grupo de investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM, presentó el Proyecto de Investigación en Limnología Tropical, que estuvo a cargo de Javier Alcocer Durand.
El proyecto señalaba que la Laguna de Alchichica era un tesoro para la ciencia, y uno de los cuerpos de agua mexicanos más conocidos, sin embargo, su desarrollo antropocéntrico planeado en forma inadecuada ponía en riesgo su subsistencia.
Entre las conclusiones del estudio realizado por la FES Iztacala, se señalaba que en México existen ejemplos de sitios similares, donde la falta de planeación y control de las actividades humanas conllevan a la pérdida irreparable de sus ecosistemas.
La Laguna de Alchichica tiene un origen volcánico al crearse luego de una erupción volcánica explosiva consecuencia de la interacción entre agua y magma (explosión freatomagmática).
Los expertos datan su origen en el Pleistoceno tardío, y es uno de los pocos lagos calificados como “hondos” en el país.
La química de sus aguas es muy peculiar, y es probable que ésta sea la causa de que albergue una biota tan particular.
Desde el año 2000, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) identificó a la Cuenca Oriental como una región hidrológica prioritaria, un sitio de importancia para la conservación de la variedad de especies acuáticas epicontinentales.
Alchichica forma parte del llamado archipiélago de los axalapazcos, conformado por seis lagunas:
Las cuatro primeras se encuentran en un radio de 7 km, mientras que las dos últimas están ubicadas a 30 km en dirección suroeste.
En el libro “Lago de Alchichica. Una joya de Biodiversidad”, editado por Javier Alcocer en 2019, se señala que la laguna de casi 2 kilómetros de diámetro y hasta 60 metros de profundidad con aguas de color azul turquesa, es una isla acuática donde se ha desarrollado una comunidad de organismos únicos en el mundo, protagonistas de la ecología de este increíble lago.
Pequeños organismos que incluyen algas y cianobacterias microscópicas, diminutos crustáceos, mosquitos, chinches acuáticas y los gigantes, el Charal y el Ajolote de Alchichica han hecho que este ecosistema único en el mundo funcione por millones de años.
Sus particulares texcales o microbialitos formados en las orillas por microorganismos se remontan a procesos que recuerdan incluso el origen de la vida.
El proyecto realizado por los investigadores de la FES Iztacala, ya advertía en el 2012 de la sobre-extracción del agua del manto freático.
Se trataba de una una actividad creciente en la región, para cubrir las necesidades de una agricultura de riego en expansión, así como para dotar de líquido potable a las poblaciones en desarrollo.
La agricultura de la zona combinaba dos características desfavorables: las especies sujetas a cultivo y las técnicas de irrigación, que no eran adecuadas para regiones áridas y semiáridas como Alchichica.
Y se señaló que de seguir este proceso de desecación, se corría el riesgo no sólo de eliminar el área litoral, sino también de alterar el balance del lago, con lo que se perderían las condiciones oligotróficas requeridas para el buen desarrollo de los estromatolitos y demás biota acuática, pues serían impactados de manera negativa y se pondría en riesgo la persistencia de ese cuerpo de agua.
Javier Alcocer señala en el libro editado por la UNAM y la Conabio, que Alchichica no destaca por poseer numerosas especies sino más bien es un lago que cuenta con pocas. Sin embargo, muestra un elevado grado de endemismos o microendemismos, es decir, muchas de sus especies sólo habitan en este lago y en ninguna otra parte del mundo.
Y por todo ese valor ecológico y científico, la propuesta presentada por los diputados de Puebla, es de suma importancia en favor de la conservación de este milenario cuerpo de agua.
El 6 de marzo de 2002 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, Protección ambiental-Especies nativas de México de flora y fauna silvestres-Categorías de riesgo y especificaciones para su inclusión, exclusión o cambio-Lista de especies en riesgo.
En dicha norma se determinan las especies de flora y fauna silvestres terrestres y acuáticas en peligro de extinción, amenazadas y las sujetas a protección especial.
El Instituto de Geología de la UNAM, señala que los estromatolitos son estructuras órgano-sedimentarias laminadas, típicamente de carbonato de calcio (CaCO3).
Crecen adheridas al sustrato y emergen verticalmente del mismo, produciendo estructuras de gran variedad morfológica, volumétrica y biogeográfica.
Los estromatolitos son la evidencia de vida más antigua que se conoce en la Tierra y forman parte del registro fósil más importante de la vida microbiológica temprana.
Las formaciones más antiguas se encuentran en Warrawoona, Australia, y datan de hace 3 mil 500 millones de años.
Las comunidades estromatolíticas fueron los primeros oxigenadores de la atmósfera, y actualmente son las cianobacterias las que les dan soporte por ser estas fotosintéticas oxigénicas, es decir, que liberan oxígeno a la atmósfera.
Al crecer en masa forman arrecifes y ofrecen un ecosistema distinto para miles de especies.
Prodigan alimento, refugio, aguas tranquilas (ideales para la reproducción de peces, moluscos, crustáceos, etcétera), sustrato para organismos rastreros y otros microorganismos y evitan el arrastre del sustrato por embate de las olas.
El Instituto de Geología los considera el punto de partida del origen de la vida y por ello su importancia para las ciencias geológicas.
Investigadores de instituciones nacionales e internacionales, incluida la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de Estados Unidos, han hecho hincapié en la importancia de conservar los ecosistemas con presencia de estromatolitos, ya que se trata de microorganismos de alto valor científico que nos permitirán entender el origen de la vida en la Tierra.
En México, además de la Laguna de Alchichica, también se pueden encontrar en la Laguna de Bacalar en Quintana Roo, donde está uno de los arrecifes de estromatolitos más grande del mundo.
También hay estromatolitos en las pozas de Cuatrociénegas, en Coahuila. Aquí sobreviven en un ambiente con pocos nutrientes, muy diferente al del resto del planeta. El agua de las pozas tiene un alto contenido en minerales, pues está en contacto con residuos volcánicos.