A un costado de la casa de los hermanos Serdán en el centro histórico se encuentra el establecimiento más antiguo de camotes y dulces tradicionales de la ciudad de Puebla.
Se trata de La Gran Fama, que fue el primer expendio de camotes de la ciudad fundada en el siglo XIX.
La casa matriz de esta dulcería tradicional se encuentra en el número 208 de la calle 6 Oriente, también conocida como la Calle de los Dulces.
A diferencia de otros establecimientos de esta zona turística del centro histórico de Puebla, en La Gran Fama los dulces no se venden en paquete, salvo en el caso de los tradicionales poblanos que sí se comercializan en caja.
Al visitar esta dulcería se destacan los estantes con platones de talavera y una vitrina donde se exhiben los dulces tradicionales que están a la venta al público.
Una tradición en los hogares poblanos, la cual se conservó hasta principios del siglo XX, fue la de los llamados dulces de platón.
En las casas de Puebla se colocaba un platón con compotas de fruta, dulces de almendra o piñones, camotes decorados, entre otros.
También se acostumbraba regalar un platón con dulces cuando se visitaba a algún pariente. “Se intercambiaban así recetas y se tenía la costumbre de dejar el platón con el dulce casero y de regreso se entregaba el plato limpio con una servilleta o carpeta de hilaza, tejida a mano con ganchillo”.
Todos estos postres eran hechos en casa, lo que constituía una forma de ahorro en el gasto familiar.
Los precios son accesibles pues, por ejemplo, se pueden adquirir cajas de camotes poblanos tradicionales de 45 a 65 pesos.
En sus vitrinas se exhiben otros tipos de dulces de la gastronomía poblana como las tortitas de Santa Clara, jamoncillos, cocadas, ates, mazapanes, dulces de leche y otros.
Los camotes y dulces poblanos en general, al igual que otros platillos típicos, como el chile en nogada y el mole, tuvieron su origen en las cocinas de los conventos de Puebla.
Santa Rosa y Santa Clara son los conventos en los que se tienen documentada la existencia de recetas de dulce de camote tal como los conocemos. “Posiblemente el de fama más reciente sea el segundo debido a la presencia de tantas dulcerías en torno a donde estuvo el convento, la hoy calle 6 Oriente”.