¿Sabías que en Puebla existe un municipio que se dedica a la creación de piñatas? Así es, este municipio poblano es conocido como el pueblo de las piñatas, ya que los habitantes de este lugar se han dedicado durante años a la elaboración de este importante elemento de la temporada navideña. Aquí te contamos cómo llegar y dónde se encuentra.
Ubicado en el Valle de Serdán, a 50 kilómetros de la ciudad de Puebla, Cuapiaxtla de Madero es conocido como “el pueblo de las piñatas”. Este título lo ha ganado gracias a que sus habitantes se han dedicado por décadas a la elaboración de estas coloridas artesanías, especialmente durante la temporada navideña.
Cuapiaxtla de Madero, cuyo nombre en náhuatl significa “donde hay muchos árboles largos o altos”, fue fundado en la región de Tepeaca por tribus nahuas y posteriormente sometido por los españoles en 1522.
Durante la época colonial, formó parte del antiguo Distrito de Tepeaca, y en 1935 se convirtió en un Municipio Libre. Su apellido “de Madero” honra al Mártir de la Democracia, Francisco I. Madero.
Aunque sus principales artesanías son los tejidos de palma y carrizo, desde hace más de 25 años, las familias de Cuapiaxtla han perfeccionado la elaboración de piñatas. Estas se producen en distintas formas y tamaños, siendo la más emblemática la estrella de siete picos, que simboliza los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
Las piñatas de Cuapiaxtla se distribuyen no solo en Puebla, sino también en otros municipios.
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Además de las piñatas, Cuapiaxtla ofrece sitios de interés arquitectónico y recreativo, entre ellos:
Desde el centro de Puebla, el trayecto en automóvil toma aproximadamente 1 hora y 22 minutos por la autopista Puebla-Orizaba (MEX 150D).
Las piñatas, ícono de las posadas mexicanas, tienen su origen en el siglo XVI, cuando los frailes agustinos introdujeron esta tradición durante las “misas de aguinaldo”. Originalmente hechas de barro y decoradas con papel de colores, simbolizaban la lucha contra los pecados capitales, con dulces y frutas representando las recompensas celestiales.