En la Sierra Norte de Puebla, es tan vasta la belleza natural que posee, que existe una barranca que atrae a miles de visitantes en el año, quienes quedan maravillados desde la primera vez.
Si quieres conocerla durante estas vacaciones decembrinas, la recomendación de los lugareños es que acudas con ropa abrigadora, ya que se encuentra a 2 mil metros de altura sobre el nivel del mar.
Se trata de la Barranca de los Jilgueros en el Pueblo Mágico de Zacatlán, donde los visitantes la conocen desde la entrada al municipio, donde existe un mirador y un restaurante donde puedes disfrutar de los alimentos con una maravillosa vista a una caída de aproximadamente 20 metros de altura.
Para llegar a ella debes hacer un recorrido por el acceso sur de la ciudad, seguir por la carretera federal y tan solo a 5 minutos, pasando el puente de La Marimba, deberás entroncar al camino que va a San Miguel Tenango y a 300 metros verás las ruinas de los paredones de lo que fue el primer intento de la fundación de Zacatlán.
A un lado de estos vestigios hay una pequeña vereda por la cual podrás bajar al río de San Pedro, cruzar un pequeño y antiguo puente de piedra y llegar a unos cuantos metros para disfrutar de esta caída de agua.
Además, aquí encontrarás los fines de semana servicio de rappel y tirolesa para disfrutar de la cascada conocida como La Tres Marías.
Pero si tu intención es tener un paseo por el camino más accesible, deberás comenzar desde el mirador de cristal, uno de los sitios turísticos más atractivos de Zacatlán y sí o sí debes tomarte la foto para tu Instagram.
A lo largo del camino, te encontrarás con un Vitromural, otro de los grandes atractivos turísticos que ofrece este Pueblo Mágico, inaugurado el 10 de enero de 2015.
Se trata de un mural de más de 100 metros de longitud, elaborado con trozos de mosaico de diversos colores y vidrio reciclado. Durante el día, el mural engalana el Paseo de la Barranca de los Jilgueros y por la noche resplandece y destella con los faros de los vehículos que pasan por el lugar.
El fondo de la barranca es una maravilla, pues en él hay otro clima, ya que mientras en la parte alta prevalece la neblina y el frío, en la parte baja se siente el clima tropical donde se dan frutos de este ambiente.
Todo el lugar invita a vivir en medio de una naturaleza agreste, salvaje, silenciosa, pues es increíble que estando en la cima, en medio de todo un mundo de bullicio, en el fondo se encuentre una calma que supera la tranquilidad más esperada.
Cada pendiente que se salva llega hasta las márgenes del río Ajajalpan, que ya ha perdido su caudal original, su pureza, pero aun así, es posible quedar profundamente maravillado ante el espectáculo que se ofrece de paz y serenidad y que solo es posible en esta parte agreste de la Barranca de los Jilgueros.
Ya que estás en Zacatlán, no debes dejar pasar la oportunidad de disfrutar de su gastronomía: su pan relleno de queso, el chile con huevo, los tlayoyos con salsa verde, la salsa de chiltepín, barbacoa, frutas en conserva, vinos de frutas, sidra, manzanas deshidratadas y frutos rojos, entre otros.
Se localiza por la carretera 119 que atraviesa la Sierra Norte y comunica a la ciudad de Huauchinango. Se trata de un bello lugar turístico enclavado en un relieve montañoso.
Saliendo al poniente de la ciudad, a 10 kilómetros a la derecha, se encuentra una desviación donde parte un campo de terracería; al final de este aparece de pronto una gigantesca mole de piedras de configuración irregular, que se eleva imponente casi sobre el sendero, recargándose contra el cielo.
Una cuidadosa mirada perfila sin dificultad la silueta de un centinela, inmóvil, petrificado por el tiempo.
Un poco más allá, una formación similar, pero de menor tamaño, evoca la figura de un feroz perro guardián que acompaña a su dueño en la vigilancia y así muchas figuras más que dan vuelo a la imaginación de los visitantes.
La carencia de arena o fósiles marinos en el valle, que comprobaron los investigadores del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), derrumbó definitivamente la hipótesis sobre su procedencia marina.
Los datos que resultan de una investigación conjunta de geógrafos y geólogos conducen a demostrar que el fenómeno de las Piedras Encimadas está más relacionado con la historia de la tierra que con las leyendas misteriosas.
En este espacio, también puedes disfrutar de un recorrido a caballo o en carreta, pero bien puedes realizarlo caminando, solo siguiendo la guía de los guardias, para que evites perderte.
En el lugar, existe un restaurante para disfrutar de los alimentos y botanas y recargar la energía después de haber caminado entre piedras enormes, árboles y vericuetos.