A cuatro horas de la ciudad de Puebla, dentro de la Reserva de la Biosfera de Tehuacán-Cuicatlán, justo en la frontera entre los estados de Puebla y Oaxaca, se encuentra un majestuoso cañón de aproximadamente 600 metros de altura y mil 200 metros sobre el nivel del mar, el cual es el hogar de la guacamaya verde, una especie en peligro de extinción.
El Cañón Alas Verdes o Cañón del Sabino es la cuna de la guacamaya verde, un lugar donde puedes verlas a menos de un metro de distancia en parejas o grupos de más de 30 aves.
De acuerdo con la Secretaría de Turismo (SECTUR), cada año estas aves luchan por su supervivencia y reproducción, ya que enfrentan diversos depredadores: las iguanas, los coatíes y los cuervos.
Es por eso que este paraíso natural está protegido desde 2001 por organizaciones ambientalistas y de conservación de la flora y fauna, que han permitido que estas aves puedan reproducirse y aumentar su nivel de población.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) señala que esta especie, conocida como "Ara militaris", se distingue de otras aves "Psitácidas" (loros, pericos, etcétera) por la ausencia de plumas en la región del rostro y por su gran tamaño, pues llegan a alcanzar los 90 centímetros de longitud.
Estas aves tienen un plumaje color verde oliva y algunas plumas a manera de cinco a seis bandas de color rojo carmesí. La piel del rostro es de color rosa claro, tienen un pico negro mate y sus ojos son de color amarillo.
Sin embargo, la guacamaya verde está considerada en la NOM-059- SEMARNAT-2010 como una especie en peligro de extinción, principalmente por la caza ilegal y el tráfico en el mercado negro, donde las venden como mascotas.
Para llegar deberás tomar la autopista Federal México-Puebla, y seguir sobre la autopista Cuacnopalan-Oaxaca, para llegar a Tehuacán.
Desde ese punto, deberás atravesar gran parte de la reserva por las carreteras 131 y 125 y sus caminos secundarios.
Este Saturio se localiza a 1 hora y media de Tehuacán, en el municipio de Santa María Tecomavaca.
Para subir al barranco, tendrás que caminar unos 40 minutos por un sendero un poco complicado, pero al final valdrá la pena.
Al llegar al pie del cañón hay guías comunitarios, que han creado caminos de acceso para que los turistas puedan admirar estas hermosas aves.