Ubicada en el majestuoso Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl, la Ermita del Silencio es un lugar mágico y único en Puebla. Fundada en 1986 por Fray Jerónimo Genovard, esta ermita ofrece un espacio de paz y meditación, rodeada de naturaleza imponente y aislada del ruido moderno.
La ermita está hecha de piedra volcánica y fue diseñada como un santuario para la reflexión y la oración. Entre sus sitios más emblemáticos se encuentra la capilla, un espacio donde se respira una profunda calma. Aquí, los visitantes pueden meditar en cojines tradicionales llamados zafus.
Es importante recordar que este es un lugar de silencio y respeto. No hay señal de celular, por lo que se sugiere mantener los dispositivos en vibración y evitar ruidos innecesarios. El acceso es gratuito, pero se sugiere una aportación voluntaria de $50 pesos, para apoyar a los frailes que residen allí.
La Ermita del Silencio se encuentra a unos 22 kilómetros de la ciudad de Puebla, dentro del Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl.
Para llegar, toma la Ruta por San Nicolás de los Ranchos y Santiago Xalitzintla, sigue las indicaciones hacia Paso de Cortés, un paso ubicado entre los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
Desde Paso de Cortés, sigue la ruta hacia el Parque Nacional y, si prefieres, puedes estacionarte en la villa turística de Buenavista. Desde allí, algunos visitantes optan por caminar hacia la ermita, disfrutando de los impresionantes paisajes volcánicos y la flora local.
La Ermita del Silencio está abierta a personas de todas las edades y creencias que busquen un espacio de paz y tranquilidad. Aunque es apto para todo público, se pide respeto al entorno y a los demás visitantes.