La hipotermia es un estado físico que generalmente se asocia con la práctica del alpinismo y con personas en situación de calle. Sin embargo, también puede afectar a otros sectores de la población, por lo que es fundamental saber cómo prevenirla y combatirla.
En particular, los adultos mayores son más propensos a padecer hipotermia debido a causas multifactoriales, lo que impacta negativamente en su calidad de vida. Los factores asociados a la edad predisponen y aumentan su vulnerabilidad al frío.
El tiempo que un adulto mayor permanece expuesto a bajas temperaturas puede incrementar significativamente el riesgo de sufrir hipotermia. Además, ciertas enfermedades, tratamientos farmacológicos y circunstancias sociales contribuyen al desarrollo de cuadros de hipotermia.
Entre las patologías comúnmente relacionadas con la hipotermia se encuentran:
En cuanto a los medicamentos, los tranquilizantes, antidepresivos tricíclicos, anestésicos y antiepilépticos también pueden aumentar el riesgo de hipotermia. Además, factores como la inmovilidad tienen un papel relevante.
En términos generales, existen acciones que pueden adoptarse para prevenir la hipotermia, entre ellas:
Es evidente que no solo los alpinistas, excursionistas de alta montaña o personas en situación de calle están propensos a padecer hipotermia. Por ello, es importante poner especial atención en los adultos mayores, quienes constituyen un grupo de alto riesgo.