Ubicado en la mixteca poblana, Acatlán de Osorio es un destino que guarda tesoros culturales y naturales que capturan la atención de quienes lo visitan.
Desde su historia hasta sus tradiciones, aquí presentamos cinco razones por las cuales Acatlán de Osorio merece ser explorado.
Conocida como "La Perla de la Mixteca", Acatlán de Osorio cuenta con diversos patrimonios históricos como el Reloj de Sol labrado en mármol, así como las estatuas de Benito Juárez, Miguel Hidalgo y los portales del ayuntamiento.
De acuerdo con los especialistas y el portal web Acatlán de Osorio, la población de El Zapote, hoy conocida como Hermenegildo Galeana, fue ocupada por un grupo mixteco, cuyos restos arqueológicos fueron encontrados en la década de 1940 y hoy se conservan en el museo Senén Mexic, ubicado muy cerca del centro.
Actualmente, en esta zona, aún puedes encontrar rastros arqueológicos, sin embargo, están bastante descuidados.
El nombre mixteco de Acatlán fue Yucuyuxci, "cerro de piedras preciosas”. Se dice que los primeros habitantes se dedicaban a la agricultura y recolección y se establecieron en los márgenes del río mixteco en los años 2000 y 15000 a.c. provenientes de Teotihuacán.
Una de las danzas tradicionales en la región de Acatlán de Osorio es la danza de los Tecuanes, la cual tiene sus raíces en la cultura Olmeca, cuando los autóctonos daban muerte al ozélotl (tigre feroz), el cual recibe el nombre de thecuani (bestia que come gente).
Según los documentos históricos de Acatlán, esta danza se presentó por primera vez con motivo de la fiesta del barrio de San Rafael, en honor al arcángel del mismo nombre, el 24 de octubre de 1890.
Asimismo, de acuerdo con el Sistema de Información Cultural (SIC) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) de México, esta danza se realiza en diferentes fechas. La primera se presenta el domingo previo al 24 de octubre, que es día de San Rafael Arcángel; la segunda el 2 de noviembre en el panteón municipal, y por último, los días 12 y 24 de diciembre.
El 21 de octubre del 2004 se erigió una estatua del Tecuan, el cual representa la identidad de más de 20 grupos de tecuanes que existen en los barrios que conforman el municipio.
En esta zona de la mixteca aún se conservan diferentes costumbres alimenticias, entre ellas, guisos que se llevaban a cabo con plantas como los alaches, quelites, sábila, semilla de pochote, guajes, entre otros.
Los platillos típicos de Acatlán son: chilate de pollo, mole poblano, frijoles quebrados, pozole verde y los tradicionales chiquilichis, unos insectos que proliferan durante la temporada de lluvias.
Acatlán es heredero de la cultura mixteca, por lo tanto, es un pueblo que sabe manejar el barro, la oxidiana y otros materiales.
En la actualidad, una gran parte de la población se dedica a la actividad de la alfarería, utilizando técnicas heredadas por sus antepasados, como el uso del barro y la arena para este proceso.
Asimismo, para el pintado de las piezas, se usan algunos colorantes naturales sustraídos de la tierra (tierra roja y blanca), así como algunos musgos.