¿Buscas escapar del bullicio y conectar con la naturaleza? Entonces, te presentamos las cascadas escondidas de Puebla, auténticos paraísos ideales para un paseo tranquilo y sin tanta gente.
Puebla es hogar de cascadas ocultas que ofrecen tranquilidad, aventura y paisajes impresionantes. Estas maravillas naturales, alejadas de las multitudes, son perfectas para quienes buscan una experiencia auténtica y en contacto con el entorno.
A solo 15 minutos de Teteles de Ávila Castillo, la cascada de Atexcaco es un rincón mágico en la Sierra Norte. Sus aguas cristalinas y frías, de menos de 10 metros de altura, son perfectas para refrescarse. Los lugareños la cuidan con esmero, manteniendo su esencia intacta.
Para llegar desde Puebla, toma la carretera a Teziutlán y desvía hacia Hueyapan. En solo 2 kilómetros estarás frente a esta maravilla, ideal para un día de tranquilidad lejos del turismo masivo.
En el municipio de Zongozotla, la cascada Alpopoca, también conocida como Tres Caídas, es un espectáculo natural con más de 500 metros de caída en temporada de lluvias. Su belleza la convierte en un destino ideal para los amantes del ecoturismo.
Ubicada a 7 kilómetros del pueblo, el acceso requiere una caminata corta, pero vale cada paso. Complementa tu visita con un recorrido por la cultura totonaca de la zona y disfruta de un paraíso oculto que pocos han explorado.
En Hueytamalco, a dos horas y media de la capital poblana, la cascada El Cielo de Mazolapa deja sin aliento a quienes la visitan. Su nombre en náhuatl, Iluikatl (agua del cielo), describe su caída imponente, que parece fundirse con el horizonte.
Para llegar, sigue la carretera Puebla-Teziutlán hasta Nautla. El trayecto es parte de la aventura, ideal para quienes buscan fotografía, senderismo y un escape silencioso. Aquí, la calma está garantizada.
A una hora de Puebla, en la Mixteca poblana, la cascada de San Agustín Ahuehuetla sorprende con sus aguas turquesas. Llegar implica una caminata de 2 kilómetros entre ahuehuetes, pero la recompensa es una poza profunda y un chorro cristalino.
La entrada cuesta 50 pesos y es pet-friendly (con correa). Para llegar, toma la ruta Puebla-Huehuetlán, sigue hasta el crucero de San Agustín y camina hasta el pueblo. Un oasis perfecto para desconectar.
En el Pueblo Mágico de Cuetzalan, la cascada Corazón del Bosque ofrece un refugio entre cafetales y vegetación densa. Con una caída de 15 metros, es ideal para nadar y relajarte.
El acceso requiere 45 minutos a pie o un paseo a caballo desde San Andrés Tzicuilan. Abre de 9:30 a 17:00 y cuenta con escaleras y miradores bien acondicionados. A solo 3 horas de Puebla, es una de las cascadas menos visitadas y mejor conservadas de la región.
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Estos destinos destacan por su tranquilidad y belleza natural. Alejadas de las multitudes de cascadas más conocidas, te invitan a disfrutar sin prisas.
Además, algunos sitios, como Ahuehuetla, son protegidos por comunidades locales que piden respeto y limpieza para conservar su encanto.
Desde la serenidad de Atexcaco hasta la majestuosidad de Alpopoca, cada una ofrece una experiencia única. Empaca tu mochila y sumérgete en la naturaleza.