Uno de los lugares turísticos más emblemáticos de la ciudad de Puebla es el Barrio de los Sapos.
Ubicado en el corazón de la capital poblana, en la calle 6 Sur, entre la 5 y 7 Oriente, el Callejón de los Sapos es una de las visitas más recomendadas por quienes turistean o viven en Puebla capital.
La arquitectura de sus viejas casonas virreinales, con fachadas y balcones coloridos, son el escenario que enmarca a un bazar de antigüedades donde puedes encontrar pequeños tesoros de todo tipo.
Además de ser un “mercado de pulgas” al aire libre, vibrante y pintoresco, el Barrio de los Sapos es un espacio social que es parte del epicentro de la vida nocturna de la ciudad de Puebla.
¿De dónde salieron los sapos del Callejón?
O ¿por qué se llama el Barrio de los Sapos? Al respecto, la historia cuenta que el barrio recibió su nombre debido a que anteriormente era atravesado por el río San Francisco.
“Este río alimentaba a los molinos, tocinerías, curtidurías, vecindades, cantinas y pulquerías que estaban a los alrededores. Debido a la tenía tendencia a inundarse, se aglomeraban sapos y ranas en el lugar por lo que fue llamado popularmente el Barrio de Los Sapos”.
Para recordar la presencia de estos anfibios, en la plazuela hay una simpática fuente con un sapo.
Breve historia del Barrio de los Sapos
De acuerdo con “La nocturnidad en la Ciudad de Puebla, Espacios y Actores de la nocturnidad lúdica en El Barrio de Los Sapos”, tesis de Guillermo Aguilar Vázquez que puede ser consultada en el repositorio institucional de la BUAP, la venta de antigüedades en el Barrio de los Sapos inició a finales de la década de los 60.
Durante la década de los 50, varias familias llegaron a habitar las casonas coloniales que hay en la zona centro de Puebla.
En 1967, el comerciante de antigüedades Salvador Macías compra una casona abandonada y la rehabilita para establecer su negocio y residencia; al mismo tiempo, en relación con la compraventa de antigüedades, también se desarrolló en forma espontánea un tianguis de chácharas.
Así es como comienza el negocio de la compra-venta de antigüedades en la ciudad de Puebla. Salvador Macías, Manuel Espinoza, Esteban y Gerardo Chapital, César y Rosa Mendoza, Carlos Olea y el Arquitecto Héctor Cabrera, por mencionar algunos, son los anticuarios que le brindan al Barrio de Los Sapos un nuevo giro comercial y con ello viene un cambio radical en la forma de ver dicho lugar.
Fue a partir de la década de 1970 que el Barrio de Los Sapos comenzó a tener un reconocimiento a nivel nacional en la compra-venta de antigüedades, lo que atrajo al turismo.
En 1976, el entonces gobernador de Puebla, Alfredo Toxqui Fernández de Lara, oficializó el tianguis de los Sapos y mediante una remodelación a la plazuela del lugar, lo cual impulsó aún más su atractivo turístico.
Desde entonces, miles de visitantes nacionales y extranjeros han recorrido el Barrio de los Sapos en búsqueda de algún pequeño o gran tesoro. “Sobre todo de un altísimo poder adquisitivo. Sería largo enumerar personalidades pero como muestra: Nelson Aldrich Rockefeller, Carlos Slim Helú, Michael Douglas,Stefanie Powers arribaron a las tiendas de antigüedades de esta plazuela en busca de algún objeto de su agrado”.
En los 80 hubo una caída en el negocio de los anticuarios, por lo que comenzó la venta de muebles rústicos, la cual se mantiene a la fecha.
En el año 1995 comenzó la llegada de los bares y restaurantes a la plazuela de los Sapos, lo que revitalizó la zona y le dio una nueva concepción como punto de encuentro.
Actualmente, el Barrio de los Sapos se mantiene como una de las visitas obligadas en la ciudad para los turistas y uno de los lugares preferidos por los poblanos para pasear y disfrutar su ciudad.