Ubicada en los Llanos de San Juan, este mar o cráter volcánico se formó por una explosión de agua subterránea al entrar en contacto con lava caliente.

La Laguna de San Luis Atexcac, en Puebla, es un lugar realmente fascinante. Su nombre, que proviene del náhuatl, y significa “en las aguas escarpadas”.

Atexcac tiene una profundidad máxima de 39.1 metros y sus aguas son muy frías, rodeadas por pendientes pronunciadas.

Lo más impresionante de este espejo del cielo es su amplia gama de colores, que varía desde azules hasta esmeraldas a lo largo del día, según la temperatura y la luz del sol.

Además de su belleza natural, este sitio está cerca de los volcanes Las Derrumbadas, lo que contribuye a su atmósfera única. Las leyendas sobre una sirena también añaden un toque místico al lugar.



La leyenda de la Laguna de Atexcac

La laguna de San Luis Atexcac, además de su belleza natural, está envuelta en una fascinante leyenda. Se dice que durante las noches de luna llena, una sirena de cabellera plateada emerge de las aguas.

Esta misteriosa criatura nada bajo el resplandor de la luna y atrae a los visitantes con su hipnotizante canto.

Aquellos que sucumben a su melodía y entran en la laguna son llevados por la sirena a las profundidades, donde sus almas quedan atrapadas para siempre. Esta leyenda añade un toque místico y cautivador al ya impresionante paisaje de la laguna.



¿Cómo llegar a Atexcac?

A dos horas de la ciudad de Puebla, se ubica el municipio poblano Guadalupe Victoria, también conocido como Huecapan y frente a la Laguna de Alchichica se halla el crucero que indica Quechulac, por donde se accede a la laguna de este nombre y a la laguna La Preciosa.

La misma carretera 140 comunica, varios kilómetros al suroeste, con el crucero de Guadalupe Victoria, donde está inmediatamente la Laguna de Atexcac.

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