La muerte del director de cine Felipe Cazals significa la pérdida del creador que desenterró la trágica historia del pueblo de San Miguel Canoa, donde tres personas murieron a manos del pueblo presuntamente instigado por el cura local.
La película filmada en 1976 cuenta la historia verídica de un linchamiento del que fueron víctimas cinco estudiantes de la entonces Universidad Autónoma de Puebla, ahora BUAP, que pretendían escalar el volcán de La Malinche el 14 de septiembre de 1968.
Las víctimas fueron los empleados de la universidad Jesús Carrillo y Ramón Calvario, junto con Lucas García, el tendero que los hospedó. La tragedia ha sido reseñada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Con los sucesos del 2 de octubre de 1968 la noticia del linchamiento quedó en el olvido, pero en 1976 Felipe Cazals y Tomás Pérez Turrent viajaron a las faldas de La Malilnche para tratar de reconstruir esa noche en su película Canoa.
La película Canoa llevó a la escena pública los incómodos sucesos que aquél lugar quería olvidar.
San Miguel Canoa es un pueblo en los linderos de Puebla y Tlaxcala al pie del volcán La Malinche, con 4 mil 420 metros de altura sobre el nivel del mar.
Canoa se encuentra a 18 kilómetros de la ciudad de Puebla y a 140 kilómetros de la Ciudad de México.
Actualmente, la oferta hotelera de San Miguel Canoa está conformada por algunos hoteles de 2 y 3 estrellas, y es común el paso de excursionistas que ingresan al Parque Nacional de La Malinche.
El lamentable hecho de 1975 no fue el último en su tipo en Canoa; en 2018 el pueblo intentó linchar a un presunto delincuente al que golpearon y quemaron con gasolina.
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En septiembre de 1968 cinco excursionistas procedentes de la ciudad de Puebla llegaron por la tarde a San Miguel Canoa, pero pudieron salir del pueblo tres de ellos.
La gente del pueblo los confundió con estudiantes, los lapidaron bajo el grito “malditos comunistas y ateos”; esa noche quedaron en la calle cuatro cadáveres pisoteados y mutilados por la multitud.
En esas fechas Juan Bustillos, reportero de EL UNIVERSAL, reconstruyó los hechos con testimonios de los involucrados, entre ellos Miguel Flores y Julián González, dos de los tres sobrevivientes junto con Roberto Aguirre.
Los estudiantes buscaban escalar La Malinche pero un aguacero los dejó varados en Canoa.
Se resguardaron en una tienda un rato, pero al ver que no cesaba el mal clima pidieron asilo en el pueblo, pero sin éxito.
El grupo se acercó a la iglesia, que estaba resguardada por hombres armados, quienes los ahuyentaron.
El sacerdote local, Enrique Meza, les pidió que se identificaran y explicaran qué hacían ahí, pero al responder que eran “de la Universidad de Puebla” causaron las sospechas del párroco.
Los universitarios encontraron a Pedro García, quien les ofreció alojamiento en casa de su tío Lucas García.
Fue a ese lugar donde minutos más tarde escucharon disparos y el sonido de las campanas de la iglesia.
En la turba reunida se gritaba que había intrusos en el pueblo y que eran ladrones y comunistas.
La multitud los rodeó en su refugio armados con machetes y armas de fuego, y sacaron a todos para lincharlos.
Murieron tres de los universitarios y el poblador que les dio refugio.
En 1968 dominaba la información sobre el movimiento estudiantil en la Ciudad de México, los Juegos Olímpicos que empezarían a mediados de octubre y los festejos patrios al día siguiente.
Los periódicos locales tomaron las palabras de los vecinos de Canoa, dijeron que habían perseguido a los fuereños porque trataron de izar una bandera rojinegra en la iglesia y de saquear una tienda.
El tiempo y las declaraciones de testigos responsabilizaron al párroco de incitar al linchamiento.
En 1976 la película Canoa avivó la tragedia. Los tres sobrevivientes contaron a EL UNIVERSAL que después del estreno sólo habían recibido 10 mil pesos cada uno por usar su nombre.
La película causó descontento también en los habitantes del pueblo, un grupo de ellos visitó la redacción del diario en la ciudad de México el 24 de marzo de 1976 para denunciar que les había arruinado la vida.