El escritor indio Salman Rushdie, perseguido por islamistas a raíz de la publicación de su libro Los Versos Satánicos, fue la principal figura de la inauguración en México de la Casa Refugio Citlaltépetl
Este viernes, el autor cuyos escritos generaron amenazas de muerte por parte de Irán en la década de 1980 fue atacado con un cuchillo en el cuello cuando estaba a punto de dar una conferencia en el oeste de Nueva York.
México ganó fama internacional desde los años 30 porque abrió sus puertas a miles de exiliados españoles, y más tarde, a principios de los 70, acogió a cientos de argentinos y chilenos.
En 2004 el país refrendó su tradición como tierra de asilo con la creación de la Casa Refugio Citlaltépetl para Escritores, un albergue para creadores amenazados de muerte que lleva el nombre del Pico de Orizaba, la cumbre más alta del país ubicada en los límites de Puebla y Veracruz.
La casona de los años 30, en el barrio de la Condesa de Ciudad de México, ha hospedado a escritores amenazados de muerte en sus países de origen, o censurados por el contenido de su obra.
Ahí han convivido distintos temperamentos artísticos, culturas y formas de vida.
Ha habido desde autores entrañables que han hecho de México su patria, como el poeta albanés Xhevdet Bajraj, quien se nacionalizó mexicano y vive con su familia en la colonia Roma, o Koulsy Lamko, originario del Chad, quien también se quedó a vivir en el país y creó una red cultural con su grupo de música y teatro.
También hospedó a escritores de carácter áspero como el argelino Mohamed Moulessehoul, ex comandante del Ejército de su país, y quien encerraba a su mujer en plena Casa Refugio, o Myanmar de Birmania, uno de los escritores menos participativos, a quien le hubiera dado lo mismo este espacio que una isla desierta.
En 1998 se compró el recinto y se entregó a la Asociación Civil Casa Refugio Citlaltépetl.
Un año más tarde empezarían las obras en presencia de un autor emblemático por su condición de perseguido: Salman Rushdie, y el colombiano Álvaro Mutis.
Luego recibirían a los primeros huéspedes: el narrador serbio Vladimir Arsenijevic, que llegó con su esposa y dos hijos; y el poeta Xhevdet Bajraj.
Salman Rushdie publicó en 1988 su cuarto libro y el más polémico de todos: “Los versos satánicos”.
El contenido de esta novela causó indignación en la comunidad musulmana, una que pronto se convirtió en “fatwa”, un decreto religioso que condenó a muerte al escritor que hoy fue apuñalado en el cuello en Nueva York.
El título de “Los versos satánicos” hace referencia a los un grupo de versículos del Corán que llevan el mismo nombre.
Estos versos se refieren a tres diosas preislámicas de La Meca: Allāt, Uzza, y Manāt y son palabras de supuesta “inspiración satánica” que Mahoma, profeta islámico Mahoma, confundió con una revelación divina, según es descrito en la biografía de Mahoma escrita por Ibn Ishaq, considerando uno de los primeros biógrafos del profeta.
El libro de Salman Rushdie cuenta la historia de dos actores de origen indio que sobreviven a un accidente aéreo: Gibreel Farishta y Saladin Chamcha. La cuestión es que, al caer al mar y salvarse al llegar a una playa inglesa, Gibreel -el galán de cine con complejo de superioridad- adquiere una aureola, mientras que Saladin -hábil actor de doblaje capaz de hablar a la perfección varios acentos- adquiere protuberancias en la cabeza, como si fueran cuernos, sus piernas se llena de vello y sus pies se vuelven pezuñas. Así es como los protagonistas hacen referencia al arcángel Gabriel y a Shaitan, ente maligno del Islam que tienta a los hombres a pecar.
Los sobrevivientes son encontrados por policías ingleses, que los tratan de acuerdo a su apariencia. Gibreel es atendido con cortesía, mientras que Saladin es arrestado con violencia por ser inmigrante, pese a afirmar ser ciudadano inglés. Gibreel no hace nada por ayudarlo.
En la historia, se cuentan visiones soñadas de Gibreel, quien es presentado como mensajero de Dios. Es entre esas visiones donde los musulmanes señalan la blasfemia hacia el profeta Mahoma. En estas secuencias, Rushdie escribe sobre Imán, un lider religioso, que manipula como títere al arcángel Gabriel con violencia, para respaldar los actos atroces que comete hacia su pueblo.
Esta novela fue la que causó que Salman Rushdie sea objeto en Irán de una “fatwa", decreto religioso dictado por el ayatolá Ruhollah Jomeiní, líder religioso de Irán, que le condenaba a muerte por blasfemias y que le obligó a pasar años en la clandestinidad tras la publicación del libro. Este decreto fue leído en la radio pública de Teherán el 14 de febrero de 1989.
El gobierno del Reino Unido le otorgó protección policial, donde estudió y donde estableció su hogar, luego del asesinato o intento de asesinato de sus traductores y editores.
Pasó casi una década escondido, mudándose de casa repetidamente y sin poder decirles a sus hijos dónde vivía.
Rushdie recién comenzó a dejar su vida como fugitivo a fines de la década de 1990, después de que Irán dijera en 1998 que no apoyaría su asesinato.
Esta experiencia lo llevó a escribir “Joseph Anton: A Memoir”, un libro de memorias en el que relata su vida escapando de la amenaza de muerte. "Joseph Anton", era el alias que usó mientras estaba escondido.
Desde hace dos décadas Rushdie, quien ha vivido con protección de guardaespaldas, reside en la ciudad de Nueva York y tenía previsto dar una conferencia en la Chautauqua Institution, un centro cultural situado al oeste del estado de Nueva York.