La pena de muerte se abolió desde 2005 en la Constitución Política de Estados Unidos Mexicanos, personajes de la política poblana la han planteado como bandera.
En el país, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), por ejemplo, ha buscado reactivarla tres veces en los últimos 12 años y ha tenido respaldo en Puebla.
Sí bien ya no se practicaba desde décadas antes de su abolición, fue con el expresidente Vicente Fox Quesada que se formalizó su eliminación en la Carta Magna.
Sólo cuatro años después, en 2009 y ante un escenario de inseguridad en todo el país, el PVEM retomó en campaña la propuesta para hacer modificaciones constitucionales y considerar nuevamente la pena de muerte como una sanción máxima.
En el caso de Puebla, tras este proceso electoral que abanderó la medida, Juan Carlos Natale López, resultó ganador de una curul en el Congreso de la Unión.
Un año después, en la entidad también se realizaron elecciones para gobernador y el Verde Ecologista participó con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la alianza Puebla Avanza.
Así, durante la campaña el tema de la pena de muerte volvió a reactivarse en la firma de compromisos del candidato a la gubernatura Javier López Zavala con el partido aliado.
En ese entonces, el hoy vinculado a proceso por feminicidio expuso que buscaría realizar un sondeo entre la población para evaluar su viabilidad.
La propuesta del PVEM quedó solo en una bandera de las campañas políticas.
Pero en el 2018 volvieron a reactivarla con un anuncio del senador Carlos Puente Salas, aunque esta vez haciendo más énfasis en los secuestradores.
Fue dos años después cuando el partido presentó una propuesta en San Lázaro mediante su diputado Arturo Escobar y Vega, ahora enfocada también en sanciones para feminicidas y violadores.
Esta última propuesta tuvo eco en Puebla pues su dirigente y actual diputado local, Jaime Natale Uranga, dijo en entrevistas que la respaldarían.