Tras casi un mes de campaña, Augusta Díaz de Rivera Hernández y Genoveva Huerta Villegas medirán sus fuerzas este domingo 14 de noviembre en las urnas, luego de haber promovido sus planes para el Partido Acción Nacional (PAN) en Puebla.
Díaz de Rivera centró sus propuestas en la apertura al diálogo con la militancia, el respeto a la vida interna y a los estatutos, la capacitación para el “liderazgo humanista” y el trabajo con miras al 2024.
En su campaña difundió los perfiles y experiencia de quienes integran su planilla, así como las aportaciones de panistas reconocidos como Luis H. Álvarez, Manuel Gómez Morín y Efraín González Luna.
Se caracterizó, además, por emitir severas críticas a su oponente, relacionadas con el favoritismo a ciertos grupos, la supuesta venta de candidaturas y la imposición de liderazgos municipales.
Por su parte, Huerta Villegas prometió un PAN cercano y abierto con la militancia, sin distinción entre viejos y nuevos panistas, orientado a fortalecer a los jóvenes y a las mujeres.
Además, se pronunció por alejar al partido del clasismo y elitismo por el que se le ha señalado.
La ex dirigente panista y diputada federal con licencia recorrió el estado y en sus eventos proselitistas se centró en difundir videos de líderes panistas con reconocimiento nacional.
Desde el grupo que la respalda, criticó a sus oponentes por no pagar las cuotas al partido, pretender preservar a las mismas familias en los espacios de poder, así como por haber usado recursos públicos del ayuntamiento de Puebla para pagar a gestores políticos.
Las rencillas al interior del blanquiazul iniciaron aún antes de la campaña cuando se acusó que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) había favorecido la reelección de Huerta Villegas al imponer que la dirigente fuera mujer, a pesar de que había dos hombres interesados: Rafael Micalco y Marcos Castro.
Fue así que Díaz de Rivera Hernández llegó a una planilla en la que originalmente estaba previsto que el aspirante a dirigente fuera Marcos Castro Martínez, un hombre cercano y de la confianza del presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez.
Al tema de género se sumaron acusaciones de algunos consejeros estatales en el sentido de que la integración del comité organizador de la elección no fue democrático y que se definió con puros personajes afines a Huerta Villegas.
Las quejas llegaron incluso al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y horas antes de iniciar el proceso electoral, el CEN accedió a cambiar a dos cercanos a Díaz de Rivera Hernández.
En vísperas de la votación, el jueves surgieron versiones sobre credenciales de militantes alteradas para beneficiar a Huerta Villegas y esto tensó aún más el conflicto interno.
De acuerdo con estimaciones del Comité Directivo Estatal (CDE) serán casi 19 mil militantes poblanos los que participen en la renovación de la dirigencia este domingo.
Para ello, se instalarán un total de 90 centros de votación en municipios estratégicos.
Respecto a estos espacios, la planilla de Díaz de Rivera planteó limitantes incluso en la misma capital, pues algunos votantes tendrán que cruzar Valsequillo en panga, además de que hay módulos en propiedades de personas vinculadas a su opositora.