Política

Qué dice Lydia Cacho sobre Mario Marín en su libro 'Los demonios del Edén'

La obra narra la historia de víctimas de explotación sexual infantil en Cancún, Quintana Roo

El nombre de Mario Marín acaparó los reflectores después de la publicación de "Los demonios del Edén"
15/08/2024 |10:40
Angeles Bretón
RedactorVer perfil

El nombre de Mario Marín Torres nuevamente está en los reflectores, luego de que la jueza segunda de distrito en Quintana Roo aprobó el cambio de medida cautelar, y con ello, el político poblano pudo dejar la cárcel y continuar su proceso legal bajo arresto domiciliario.

Mario Marín Torres, quien fue presidente municipal de Puebla y luego gobernador bajo el cobijo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), estaba detenido en el penal federal de El Altiplano, en el Estado de México, acusado por el delito de tortura en contra de la periodista y escritora Lydia Cacho Ribeiro.

La víctima lo señaló de orquestar su detención en Cancún, con la complicidad de las autoridades estatales, su traslado en carretera a Puebla y la tortura que padeció al interior del penal de San Miguel, todo en diciembre de 2006.

La periodista mexicana también señaló a Marín Torres de proteger una red de pederastia y pornografía infantil en la que estaría involucrado el empresario textilero



Todo comenzó cuando Lydia Cacho publicó en el 2004 su libro “Los Demonios del Edén”, en el que narra las historias de víctimas de explotación sexual infantil por parte de Jean Succar Kuri, un prominente empresario hotelero, de origen libanés, radicado en Cancún, Quintana Roo.

En el libro la escritora menciona nombres de personajes de la política de Quintana Roo y también de corte nacional, así como empresarios y un total de 19 importantes nombres, que revelaron las víctimas en sus relatos.

Uno de esos nombres fue el de Kamel Nacif, quien se convirtió en amigo muy cercano de Jean Succar Kuri, al grado de ser hasta su protector, debido a las fuertes relaciones políticas que mantenía con hombres del poder.

En el libro, Lydia Cacho se refiere a Kamel Nacif como un empresario del sector textilero, “poderoso y acaudalado Rey de la Mezclilla”, propietario de un imperio textil en México, Estados Unidos y Hong Kong, que quiso incursionar en el sector hotelero de la mano de su amigo y paisano Succar Kuri.

“Su complejo industrial es conocido como el Tarrant Apparel Group (TAG). El TAG tiene, tan solo en Tehuacán, Puebla, siete maquiladoras; en Puebla, una planta que produce dieciocho millones de metros de mezclilla al año y otra enorme planta (de cuatrocientos veinte mil metros cuadrados) de procesamiento textil, así como oficinas en China, Tailandia, Corea, Nueva York y Los Ángeles”, se lee en la obra.


Sin embargo, en las páginas de "Los Demonios del Edén" no aparece el nombre de Mario Marín Torres, sino hasta después de la publicación del libro.

Fue Kamel Nacif, que también tenía un taller de maquila al interior del penal de San Miguel en la ciudad de Puebla, que le llamó al entonces gobernador de Puebla, Mario Marín Torres para que le ayudara a “darle un escarmiento” a la periodista.

Fue que su amigo político ordenó la detención de la periodista, señalada por Kamel Nacif, como responsable de difamación y calumnia, detención que tuvo lugar en Cancún, Quintana Roo y la trasladaron a Puebla, lugar donde se presentó la denuncia,

En la detención, que se realizó sin una orden previa, participó el entonces subsecretario de Seguridad Pública de Puebla, Adolfo Karam Beltrán.

Cacho Ribeiro, en su libro “Memorias de una infamia”, narra los difíciles momentos que vivió en el traslado de Quintana Roo a Puebla, así como la violación a sus garantías individuales, la tortura que sufrió al interior del penal y cómo logró su liberación.

También muestra la complicidad de las autoridades con el empresario textilero, el uso de la fuerza por parte de Mario Marín y todo lo demás que desató el caso y por el cual se conoció el mote de “el góber precioso” a Mario Marín Torres, quien desde la madrugada del miércoles 14 de agosto de 2024 ya duerme en su casa del residencial San Ángel, en la ciudad de Puebla.