El deber de todo legislador en el Congreso del estado es mejorar el cumplimiento de los derechos de la ciudadanía, incluyendo el que tienen las mujeres a una vida libre de violencia, sin embargo, no están exentos de que ahí adentro se den hechos relacionados con la misoginia.

A propósito del Día Internacional de la Mujer que se conmemora el 8 de Marzo, hicimos un recuento de los casos que denotan desprecio hacia la población femenina y que se han registrado al interior del recinto legislativo.

El 2 de marzo de este 2023, en el marco de la aprobación de la Ley Ácida, la activista y sobreviviente de un ataque con ácido, Elena Ríos Ortiz, señaló que el diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Néstor Camarillo Medina, le recordaba a su agresor, quien también fue diputado de ese partido.

Ello debido a que como presidente de la Mesa Directiva no le permitió intervenir durante la sesión del Congreso. En este caso, hay un protocolo que deben seguir los invitados, pero el hecho recordó la sombra de discriminación que ha marcado al Poder Legislativo local.

Los momentos más críticos se vivieron entre 2018 y 2019 durante la anterior legislatura, cuando ocurrieron dos hechos que motivaron críticas y hasta sanciones.

Los dos políticos con más señalamientos fueron los exdiputados Héctor Alonso Granados y José Juan Espinosa Torres, quienes hicieron comentarios considerados como misóginos.

En el caso de Héctor Alonso, quien llegó al poder bajo las siglas del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y acabó sin partido, criticó por igual a mujeres, que a miembros de la comunidad trans o grupos proaborto.

Sus frases más recordadas en la historia de la misoginia son: “focas aplaudidoras”, “piensen antes de abrir las piernas y dejarse embarazar” y “ahora nos quieren distraer con temas como machismo y violencia y gente que se tira al suelo con tonterías”, entre otras más.

Por ese tipo de expresiones, el 26 de marzo de 2021, la Comisión de Derechos Humanos de Puebla emitió una recomendación para que el diputado ofreciera una disculpa pública tras analizar catorce sesiones en las que lanzó 63 insultos, un récord en la historia del trabajo parlamentario poblano.

Por su parte, José Juan Espinosa llegó bajo las siglas del Partido del Trabajo (PT) y también acabó sin bancada, pues fue un ferviente crítico del desempeño de sus compañeras por el solo hecho de ser mujeres.

En su caso, las agresiones iniciaron incluso antes de llegar al Congreso, pues el Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP) lo sancionó con una amonestación pública, por cometer violencia político de género en contra de la representante electoral del PRI, Laura Torres Villegas.

La afectada lo denunció porque en julio del 2018, en una sesión del Consejo General del Instituto Electoral del Estado, él la agredió verbalmente, expresando que “estaba mal atendida sexualmente”.

En noviembre del 2011, el diputado pidió una licencia indefinida y dejó la vida política, al menos por un tiempo, luego de varios señalamientos en su contra por diversas irregularidades.

Ante este tipo de situaciones, hubo varios pronunciamientos de instituciones federales como el Instituto Nacional de las Mujeres, que señalaron que este tipo de actos mermaban el trabajo legislativo realizado en favor de la eliminación de la violencia contra las mujeres y la igualdad de género.

Solicitó al Congreso que verificara y ejecutara mecanismos de prevención, atención y sanción de ese tipo de conductas que constituyen discriminación y violencia de género.

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