Aunque son los políticos los que toman las decisiones que afectan a sus gobernados, detrás de ellas a veces se oculta la superstición y Puebla no ha escapado de estos casos.
Sobre el ocultismo y el esoterismo en la política mexicana destacan las tres ediciones de “Los Brujos del Poder” en los que el periodista José Gil Olmos ha documentado prácticas desde Francisco I. Madero, hasta Andrés Manuel López Obrador e incluso casos de nivel internacional.
En entrevistas, el autor ha expuesto que si bien son los políticos los que toman las decisiones en el mundo, históricamente se ha visto su cercanía con prácticas de superstición ante la falta de certeza que enfrentan en sus encargos.
De México resalta hechos como que Carlos Salinas de Gortari hizo un trabajo con brujos de Haití para ser el candidato en 1988, que Martha Sahagún Jiménez amarró el amor de Vicente Fox Quezada con miras a ser presidenta y que el exsecretario de Seguridad Genero García Luna se encomendaba a la Santa Muerte antes de los operativos.
Más recientemente Gil Olmos explica cómo López Obrador rindió protesta como presidente el 1 de diciembre de 2018 en los actos constitucionales, pero también con actos simbólicos de creencias indígenas con un acto en el zócalo.
Mientras que de las experiencias internacionales pone como ejemplo que los expresidentes de Estados Unidos, Ronald Reagan y de Francia, François Mitterrand basaron sus decisiones de guerra en predicciones astrológicas.
En el caso de Puebla, emulando a López Obrador, en la campaña del año pasado la excandidata a reelegirse en la alcaldía por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) , Claudia Rivera Vivanco participó en rituales prehispánicos en una gira por La Libertad.
En tanto que desde 2009 el entonces párroco de uno de los templos de la Santa Muerte en la ciudad, Juan Díaz Parroquín, expuso en varias entrevistas que la imagen era seguida por varios políticos poblanos, aunque sin decir nombres.
Un fenómeno también relevante es el de la influencia poblana de Diego Gaona Ordaz, mejor conocido como el brujo de Cholula El Mil Amores, quien además de ganar fama por llegar a tener varias esposas, se convirtió en un referente para las consultas de los futuros electorales.
Si bien las diferentes creencias de los políticos con toques de ocultismo y esoterismo son coloridas, Gil Olmos -que ha investigado el fenómeno- advierte que son un riesgo para la democracia en México.
Para el autor, las decisiones que se toman en el servicio público se ven al final influenciadas por creencias y esto se contrapone con la separación de Estado - Iglesia que se prevé como garante en la ley, por lo que él considera que hasta en temas de superstición se debe legislar.