Durante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la ONU usó este año el lema "Igualdad de género hoy para un mañana sostenible".
La Organización de las Naciones Unidas refiere que la información más reciente de la que se dispone ha permitido entender que existe un vínculo fundamental entre género, equidad social y cambio climático y reconocer que, sin igualdad de género hoy, el futuro sostenible y equitativo seguirá estando fuera de nuestro alcance.
En este sentido, la ONU asegura que mujeres y niñas en el mundo sufren más el impacto de la crisis climática ya que ésta amplifica las desigualdades de género existentes y pone la vida y los medios de vida de las mujeres en peligro.
Agregando que las mujeres en todo el mundo dependen más de los recursos naturales, tienen menos acceso a ellos y, a menudo, asumen una responsabilidad desproporcionada como encargadas de asegurar el suministro de comida, agua y combustible.
Y como consecuencia de que las mujeres y niñas soportan la carga de los efectos de esta crisis, también es esencial que lideren y dirijan el cambio en pos de soluciones, de la mitigación y la adaptación climática.
Sin la inclusión de la mitad de la población mundial, es poco probable que mañana se hagan realidad las soluciones que nos brinden un planeta sostenible y un mundo en el que haya igualdad de género, dice la ONU.
En 2021 durante el Foro Generación Igualdad, se puso en marcha la ‘Coalición para la Acción’, justo sobre la acción feminista por la justicia climática, que reúne a Gobiernos, a empresas del sector privado, al sistema de las Naciones Unidas y a la sociedad civil con el fin de adoptar compromisos concretos para justicia climática.
Por lo que dando continuidad en este Día Internacional de la Mujer, la Coalición para la Acción está impulsando la inversión y la acción global centradas en financiar soluciones climáticas con justicia de género, aumentar el liderazgo de las mujeres en la economía verde, mejorar la resiliencia de las mujeres y las niñas a los desastres y los impactos climáticos e incrementar el uso de los datos sobre igualdad de género y clima.
En el texto ‘La igualdad de género ante el cambio climático’, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en 2021, se indica que el cambio climático se ha acelerado como resultado del estilo de desarrollo dominante.
Enfrentar la complejidad de este fenómeno es un desafío para todo el mundo, y para los países de América Latina y el Caribe es urgente atender a sus efectos y formular estrategias de adaptación y mitigación acordes con la realidad regional.
La discusión sobre el cambio climático ha estado centrada en aspectos económicos y sociales; no obstante, su análisis ha considerado marginalmente la situación de las mujeres y las desigualdades de género que se reproducen y potencian con este fenómeno global.
Y aunque los efectos del cambio climático afectan a toda la población mundial, son los países más desarrollados, los que más emisiones de GEI producen y al mismo tiempo los que más recursos poseen para adaptarse a sus efectos.
En contraparte, señala el texto, aquellos países que generan menos emisiones son los que están más expuestos a las consecuencias negativas del cambio climático y los que cuentan con menos recursos para la adaptación y mitigación.
El documento de la CEPAL advierte que los impactos desiguales del cambio climático desde una perspectiva de género, están fuertemente vinculados a la desigualdad socioeconómica y a la persistencia de la pobreza en el marco de un crecimiento que es excluyente e insostenible.
Previo a la crisis sanitaria, las mujeres ya se encontraban sobrerrepresentadas en situaciones de pobreza.
Datos del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG), señalaron en 2019, que por cada 100 hombres viviendo en hogares pobres, habían 112.7 mujeres en similar situación evidenciado así su falta de autonomía económica.
Y en este punto, las mujeres se han visto especialmente afectadas frente a la fuerte caída de la actividad económica en sectores clave para la ocupación laboral femenina como son el turismo, la manufactura, el comercio y el trabajo doméstico remunerado.
Ello ha dado como resultado en una contundente salida de las mujeres de la fuerza laboral con una caída en la tasa de participación laboral femenina que representa un retroceso de 10 años y se proyecta un incremento en el número de mujeres latinoamericanas que vivirán en situación de pobreza.
Cepal concluye que ante los nudos estructurales de la desigualdad y ante un escenario que amenaza la sostenibilidad de la vida, un reto clave es lograr que las acciones de respuesta generen las condiciones necesarias para la igualdad.
Y que las mujeres, en particular, no queden excluidas de la búsqueda de soluciones y de la participación en los procesos de respuesta a este desafío global.