Los alcaldes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) fueron el principal botín de auditorías durante la gestión de Francisco Romero Serrano al frente de la Auditoría Superior del Estado (ASE).
Su relación con este partido político cobró relevancia hace unos días cuando se señaló que exdiputados gestionaron con él encuentros con presidentes y expresidentes para presionarlos con aprobar sus cuentas.
De acuerdo con una revisión al portal de la ASE en los tiempos del hoy exfuncionario destituido y procesado por al menos dos presuntos delitos, se aprobaron cuentas individuales de los alcaldes correspondientes a los años fiscales de 2018 y 2019.
Para el periodo que abarcó de 2014 a 2018, el PRI -junto con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM)- se posicionó como la fuerza política con más presidencias municipales, al sumar 85 de las 217 existentes.
Entre ellas estuvieron las de Chalchicomula de Sesma, Coronango, Chignahuapan, Huejotzingo, Quecholac, Ocoyucan, Rafael Lara Grajales Tepeaca, Zacapoaxtla y Zaragoza.
Mientras que para el siguiente proceso electoral el tricolor fue solo y nuevamente se posicionó como la mayor fuerza política en las alcaldías al sumar 78 de 217.
Algunas del periodo anterior se repitieron y también se observan casos como el de Cuetzalan del Progreso en donde se presumen presiones de Romero Serrano y exdiputados, así como Huehuetla, Zacatlán, Xochitlán de Vicente Suárez y Xochiapulco, entre otras.
Durante la gestión del hoy ex auditor también se emitió un informe general que contempló a más de 160 municipios que gobernaron durante 2019 y por porcentaje la mayoría también incluye a los priistas.
Tras difundirse el presunto vínculo entre Romero Serrano y los exdiputados para presionar a los alcaldes y exalcaldes, la actual dirigencia del PRI que preside el diputado plurinominal Néstor Camarillo Medina, se deslindó de los hechos y pidió apego a la ley en las investigaciones.
