Como paciente que regresa de un coma inducido, la Alianza Va por México, conformada por PRI, PAN y PRD, está de regreso y volverá a presentarse como coalición de los tres partidos en las elecciones de junio del próximo año en el Estado de México y Coahuila.
El choque entre las dirigencias de las tres fuerzas opositoras, luego de que las bancadas priistas en la Cámara de Diputados y el Senado apoyaran la reforma al 5to. Transitorio para alargar la permanencia del Ejército en la seguridad hasta 2028, parecen haberse superado y, antes de que termine el año, en cuanto se vote la reforma electoral de López Obrador en el Congreso, Marko Cortés, Alito Moreno y Jesús Zambrano saldrán públicamente a fumar la pipa de la paz y anunciar que Va por México está viva y lista para frenar el avance de Morena y de la 4T en los dos estados que eligen gobernador en 2023.
Aunque públicamente los dirigentes del PAN y el PRD decretaron una “suspensión” a la coalición opositora –tras el acercamiento del PRI a López Obrador y Morena en su política militarista–, la realidad es que el diálogo entre los tres partidos siempre se mantuvo en las mesas instaladas para negociar varios temas, como gobiernos de coalición, la negociación de candidaturas en los estados y, sobre todo, en el Congreso, donde los coordinadores parlamentarios Jorge Romero, de la bancada panista; Rubén Moreira, del grupo priista; y Luis Cházaro, de los diputados perredistas, nunca dejaron de hablar y negociar posiciones comunes en los temas de la agenda legislativa para enfrentar a Morena.
Mientras las dirigencias nacionales de los tres partidos se veían distanciados, en los estados, tanto en Coahuila como en el Edomex, los tres partidos han estado negociando para las candidaturas comunes a gobernador, que ya están amarradas en el primer caso de la gubernatura coahuilense para el exalcalde de Saltillo y actual secretario de Desarrollo Social del estado, Manolo Jiménez, mientras que para el gobierno mexiquense la abanderada aliancista será Alejandra del Moral.
Pero también, con la intervención directa de los gobernadores Alfredo del Mazo y Miguel Riquelme, y los dirigentes estatales de PRI, PAN y PRD, se trabaja un acuerdo para el reparto de posiciones entre las tres fuerzas, tanto en el gabinete de cada estado, como en las diputaciones al Congreso local. Se busca que el Edomex y Coahuila sean el laboratorio para integrar los primeros “gobiernos de coalición” de Va Por Méxic, en los que ya no sólo compita la alianza de los tres partidos en las elecciones, sino que, de ganar ambos gobiernos y legislaturas locales, se integren con un reparto equitativo de posiciones de priistas, panistas y perredistas.
El criterio que se sigue en la negociación que se está haciendo en los estados de México y Coahuila para integrar los gobiernos de coalición, es que tanto las posiciones del gobierno estatal, gabinete y demás instituciones, como la integración de las bancadas en los dos Congresos locales, se repartan conforme a la votación nominal de cada partido, PRI, PAN y PRD en las últimas elecciones estatales.
El experimento coahuilense y mexiquense, de los gobiernos de coalición, forma parte del proyecto para transformar a “Va por México” en una “Alianza de Gobierno” y ya no solo en una coalición para las elecciones. Para eso, está pendiente la instalación de una mesa entre las dirigencias nacionales de las tres fuerzas, mientras que el PRI ya trabaja en una propuesta de iniciativa de Ley de Gobiernos de Coalición, que está siendo elaborada bajo la coordinación del priista Willy Ochoa, y que pretende presentar la bancada priista en la Cámara de Diputados para el próximo periodo legislativo, tanto como reforma constitucional –que saben que difícilmente dejara pasar la mayoría de Morena– como también iniciativa de leyes secundarias.
El primer paso para resucitar oficialmente a la Alianza Va por México y sacarla del coma, ocurrió el pasado 16 de septiembre en San Lázaro con el anuncio que hicieron los tres coordinadores Romero, Moreira y Cházaro, de que irían juntos, como bloque, para votar en contra de la Reforma Electoral de López Obrador, luego de la marcha ciudadana del 13N y de la exigencia ciudadana para que no se modifique al INE ni al sistema electoral vigente. Un día antes de ese anuncio, se produjo un reencuentro entre Marko Cortés y Jesús Zambrano con Alejandro Moreno, en una reunión privada en la que volvieron a dialogar después de casi tres meses de no hablarse, desde el 7 de septiembre que los líderes de PAN y PRD declararon la “suspensión” a la alianza opositora.
El siguiente paso, nos confirman fuentes de los tres partidos, es que Cortés, Alito y Zambrano aparezcan públicamente juntos, lo cual podría ocurrir una vez que se vote la Reforma Electoral constitucional de AMLO el próximo 6 de diciembre, y ahí anuncien la reconciliación, se den un abrazo y declaren conjuntamente que el paciente llamado “Va por México” está vivo, tiene fuertes los signos vitales y está listo para ir a las batallas de Coahuila y el Edomex, en 2023, y luego a la guerra por la sucesión presidencial en 2024. En el caso de los estados, ya se sabe con qué generales y generalas irán a la pelea, pero en la presidencial no se ve claramente con qué general y menos con qué ejercito o estrategia piensan enfrentar al generalísimo López Obrador, que viene con todo su ejército de mercenarios, recursos públicos y aparato de Estado para arrasar a la maltrecha alianza opositora.
NOTAS INDISCRETAS…
A propósito de Coahuila, hoy rinde su Quinto Informe de Gobierno el priista Miguel Riquelme, que es visto desde Palacio Nacional como “el más reacio y duro de vencer” de los dos mandatarios priistas a los que enfrentarán en 2023. Mientras en el Estado de México ven a Alfredo del Mazo como un “amigo” de la 4T y un “gobernador institucional” que en su último informe se desvivió en elogios y reconocimientos al presidente López Obrador y a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum; en el caso de Coahuila, a Riquelme no sólo lo ven como un mandatario fuerte en aprobación y en control político de su estado, sino también como un priista que dará la pelea con toda su estructura y fuerza para mantener a su estado como uno de los últimos bastiones que le quedan al PRI. Y no se equivocan, porque los mensajes y discursos que ha mandado Riquelme son bastante claros y directos en el sentido de que “En Coahuila no permitiremos el avance de Morena ni de la 4T” y a estas alturas nadie duda, menos en el gobierno federal, que los comicios coahuilenses serán los más duros del próximo año para el morenismo y sus intenciones de arrebatarle al PRI sus últimos estados…Por cierto que mientras se consolida la figura de Ricardo Mejía, como “el candidato de Palacio Nacional” para Coahuila, al senador Armando Guadiana le mandan cada vez mensajes más fuertes sobre que ya no está en el ánimo de López Obrador, con todo y que el pasado domingo el empresario de la texana se fue a marchar en el Paseo de la Reforma al lado del presidente. La última señal contra Guadiana la mandó la FGR al reactivar la denuncia por lavado de dinero en contra de él, sus empresas mineras y hasta su familia; pero al senador, que ha hecho una considerable fortuna en sus muchos años de empresario, todo eso no parece quitarle el sueño porque ayer en la prensa de Saltillo se aseguraba que Armando Guadiana pidió una licencia temporal para ausentarse del Senado, porque se fue a Qatar al partido de México contra Arabia que se juega este miércoles. ¿Será que el senador ya sabe que no será el candidato morenista y, mientras prepara su estrategia, que puede ser en contra de Mejía Berdeja, se fue a relajar al Mundial de futbol a ver si en una de esas se hace el milagro para la Selección?...Lanzamos los dados. Tocó Serpiente. Descendemos.