El canciller Marcelo Ebrard anunció ayer a un grupo de 20 diputados que lo invitaron a comer en un salón del Centro Veracruzano de Coyoacán, que está “listo para comenzar su movimiento” en pos de la candidatura presidencial de Morena y les anunció que comenzará a hacer giras por los estados de la República, sobre todo en los seis que tendrán elecciones en junio próximo, además de sostener reuniones con gobernadores, alcaldes, diputados y senadores morenistas para buscar su apoyo a su eventual postulación presidencial en 2024.

La comida que organizaron los legisladores federales de Morena se había programado originalmente para hablar del tema de las vacunas, pero durante la reunión fueron los propios los legisladores los que sacaron el tema de la sucesión presidencial y en sus intervenciones varios de ellos le dijeron a Ebrard que “es el momento de empezar a moverse para entrar de lleno a la competencia para ganar la encuesta” con la que se definirá en 2023 al candidato presidencial del partido oficialista. “Ya no son los tiempos de antes cuando el que se movía no salía en la foto, ahora hay que moverse si se quiere salir en la foto”, dijo uno de los diputados asistentes.

Legisladores como Yeidckol Polevnsky, Emmanuel Reyes, Mario Carrillo, César Agustín Hernández y Salma Luévano, entre otros, fueron de los participantes y organizadores del encuentro en el que le expresaron su apoyo al secretario de Relaciones Exteriores y le pidieron comenzar ya a moverse políticamente para armar un movimiento que lo acompañe en su lucha por la Presidencia de la República. De acuerdo con diputados asistentes, que pidieron el anonimato, la iniciativa de expresarle su apoyo a Ebrard surgió a partir de que la semana pasada el presidente López Obrador dijo abiertamente que él sólo tiene “dos corcholatas” para la candidatura presidencial y mencionó directamente al canciller, además de la ya sabida Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.

“Si Sheinbaum ya tiene más de un año en una campaña abierta por la nominación presidencial, y de hecho ya se dedica más a promover sus aspiraciones que a gobernar la ciudad, ¿por qué no puede hacerlo Marcelo, si el Presidente prácticamente ya le dio luz verde a los dos?”, comentó a esta columna uno de los diputados que organizaron la comida de ayer en el Centro Veracruzano de Miguel Ángel de Quevedo.

En respuesta a los comentarios de los diputados morenistas, Marcelo Ebrard Casaubón les dijo que está de acuerdo en empezar a salir a los estados para apoyar las campañas de los candidatos morenistas. Les habló también de una próxima reunión que sostendrá con alcaldes, senadores y gobernadores morenistas para explicarles su proyecto con miras al 2024, en el que se trata, le dijo, de “competir sin dividir” y de seguir entregándole buenos resultados al presidente López Obrador en su trabajo como encargado de la política exterior del país.

Ebrard les habló de la reunión que sostendrá hoy con el embajador estadounidense Ken Salazar, de la próxima visita que hará con el presidente López Obrador a Estados Unidos para asistir a la Cumbre de Las Américas y de una serie de actividades que tiene programadas en la Cancillería, porque, según uno de los asistentes, “el canciller fue insistente en que su estrategia, además de comenzar a moverse políticamente, es entregar buenas cuentas en la SRE y de ese modo avanzar hacia la candidatura presidencial”.

Se trata, dijeron integrantes del equipo cercano de Ebrard, de “un inicio de actividades y giras encaminadas a consolidar las simpatías y apoyos dentro de Morena, y de proyectar, ahora sí, la imagen del secretario como el presidenciable que ya fue habilitado públicamente por el Presidente, al declarar que no tiene sólo una candidata, sino dos prospectos que competirán en igualdad de circunstancia”.

Veremos, pues, si Marcelo Ebrard, una vez que se decidió a quitarse la capucha y a dejar el perfil más bajo e institucional que hasta ahora había mantenido —si bien nunca dejó de aprovechar su cargo para promocionar su imagen dentro y fuera del país— logra crecer en las preferencias de los morenistas y de los mexicanos en general, algo que por cierto no ha logrado hacer hasta ahora, a pesar de llevar ya casi un año en una abierta campaña, su contrincante la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.

Pero la gran incógnita en torno a Ebrard, más allá de su decisión de empezar a “moverse” en pos del 2024, es qué hará el canciller si, por la decisión del dedo supremo, le piden bajarse o hacerse a un lado para favorecer a Sheinbaum. No sería la primera vez que López Obrador le pide a Marcelo algo así; la primera cedió sin chistar, en algo que muchos de su más cercanos en 2012 aún le cuestionan como un grave error. ¿Qué hará Ebrard si AMLO le vuelve a pedir dar un paso atrás?

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