La cercanía del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de su movimiento político con el gobierno de Rusia ha sido, a lo largo de toda su administración, un tema de fricción y de tensión en la relación con los Estados Unidos. La negativa del Presidente mexicano a condenar la invasión rusa a Ucrania y tratar de asumir una supuesta “neutralidad” a partir de invocar los principios de la política exterior mexicana, fue tomada con molestia en Washington y mereció comentarios y extrañeza por parte de la administración Biden que considera que el gobierno lopezobradorista muestra simpatías por las políticas militares y agresivas del presidente Putin.
Tal vez fueron esas posiciones ambiguas y escurridizas del gobierno de México para ponerse del lado de Estados Unidos y la OTAN en la guerra rusa contra Ucrania, lo que llevó a Washington a comenzar a observar más de cerca la presencia y la influencia de agentes del gobierno ruso que operan en el territorio mexicano. Y de acuerdo con una fuente diplomática y militar de los Estados Unidos, en la Casa Blanca han logrado documentar que la embajada de Rusia en la Ciudad de México es la que más agregados militares acreditados y operando tiene en México, muy por encima de los agregados que tienen otras embajadas.
Según las fuentes estadounidenses, Rusia tiene acreditados en México, a través de su embajada, 11 militares que trabajan como agregados de la sede diplomática, mientras la embajada de Estados Unidos, por ejemplo, sólo tiene 4 agregados militares trabajando en México; la embajada de Francia también tiene entre 3 y 4, al igual que la mayoría de los países que tienen sede diplomática en el territorio mexicano. ¿Por qué el gobierno de López Obrador y la Secretaría de Relaciones Exteriores han autorizado tanta presencia de militares rusos, que representan casi el triple de los militares acreditados por otros países, que son incluso más estratégicos para México como su principal socio comercial y vecino?
Esa es la pregunta que se están haciendo lo mismo en la Embajada de Estados Unidos en México que en las oficinas de la Defensa, el Pentágono y el Comando del Norte, donde ven con suma preocupación que se le concedan a Rusia tantos privilegios en materia de acreditados militares. Porque además de los 11 jefes militares rusos acreditados formalmente por su Embajada, las investigaciones de las agencias militares estadounidenses lograron documentar que hay otros 12 militares de origen ruso que operan también en territorio mexicano, pero sin tener una acreditación diplomática, lo que les resulta aún más inexplicable y delicado en Washington.
Históricamente el territorio de México ha sido centro de espionaje para las dos potencias confrontadas desde la época de la Guerra Fría, lo cual siempre propició que tanto Rusia, o en su momento la antigua Unión Soviética, y el propio Estados Unidos inundaran a nuestro país con espías o agentes encubiertos que reportaban información lo mismo al Kremlin y a la antigua KGB, hoy llamado Servicio de Seguridad Federal o FBS de Rusia, que a la CIA, el FBI o el Pentágono estadounidense.
Eso no ha cambiado mucho en la actualidad, cuando seguimos siendo territorio estratégico primero para los intereses de Estados Unidos, que nos tiene incluidos en su Comando del Norte como parte de su zona de seguridad y defensa, mientras que Rusia sigue viendo en México un enclave para espiar a los Estados Unidos y una plataforma para las relaciones rusas con América Latina. A ese duelo histórico que toma a México como arena y centro de información y espionaje, se ha sumando también China, el principal adversario comercial y político de Estados Unidos, que le disputa ya frontalmente el liderazgo como primera superpotencia mundial.
Y para sumar a la preocupación que muestran en Washington por la desbordada presencia de los militares rusos en su embajada en México, el martes pasado, desde Washington, a donde acudió a realizar una visita a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para poner una denuncia en contra del Gobierno de la Ciudad de México por “acoso y persecución judicial” en su contra y la de su partido, el candidato panista de la Alianza opositora a Jefe de Gobierno de la capital, Santiago Taboada, le lanzó desde la capital estadounidense una pregunta al jefe de Gobierno de la CDMX, Martí Batres:
“En la Ciudad de México ya está pasando: tiempo aire del gobierno capitalino se está ocupando en el transporte público que más se mueve en la ciudad que es el Metro. Están utilizando una parte de ese tiempo que le corresponde al gobierno para pasar en estas pantallas del Metro de la ciudad, la televisión rusa. ¿Cuánto costó eso, dónde se cobró, cuánto se pagó o qué contraprestación al gobierno de la Ciudad de México? O ¿Será que en las campañas electorales de la Ciudad de México tendremos esa injerencia? Entonces me parece muy delicado, porque ya no sólo quedó en un anecdotario, es parte hoy de la programación que tiene el gobierno capitalino en sus televisiones”, dijo el candidato opositor, quien responsabilizó directamente al Jefe de Gobierno, Martí Batres, por la promoción y difusión de la agencia de información rusa RT, cuyos contenidos se trasmiten en las pantallas del Metro de la ciudad.
Batres contestó de inmediato a la pregunta de Taboada, pero no para dar la información que éste le solicitó sobre cuánto le cobran al medio Russian Times (RT) por promoverlo en el Metro, sino más bien el Jefe de Gobierno le dio una respuesta política y hasta en tono de sorna: “Le recomiendo al señor Taboada que cambie de asesores porque le están vendiendo una estrategia que ya falló hace 6 años. Nada más lo van a llevar a hacer el ridículo. Atentamente: Martí Batresovich”, publicó el gobernante capitalino en su cuenta de Twitter. Y más tarde, en conferencia de prensa, habló también de los dichos del candidato panista: “Que un candidato se tenga que estar confrontando con el Jefe de Gobierno; su competencia está en otro lado, es una muestra como de desesperación. ¿Por qué se confronta con el Jefe de Gobierno, yo no soy candidato”.
En fin que por ahora, el tema de la presencia rusa en México, a partir de que detectaron en total unos 23 agregados militares en la embajada de Rusia en la Ciudad de México, ha hecho que desde Estados Unidos vuelvan a mostrar su incomodidad y molestia por los privilegios que le otorga el gobierno de López Obrador al gobierno de Putin. Porque además en Washington saben muy bien que cada agregado militar acreditado en México, sobre todo el caso de los rusos, no los aprueba ni Relaciones Exteriores ni la Sedena; quien da directamente la anuencia es el Presidente de México.
NOTAS INDISCRETAS…
Mientras el Presidente se aventó esta semana la puntada de decir que “no espero que haya asesinatos políticos en estas elecciones” y que él no ve problemas de violencia política en este momento, la cuenta de aspirantes y precandidatos asesinados en México, en el actual proceso electoral, ya llegó a nueve, con el asesinato de Jaime Vera esta semana, quien era precandidato a alcalde de Mascota por el PVEM. Y para documentar el peligro real que están enfrentando los candidatos a cargos de elección, ayer el candidato al senado en Chiapas, Willy Ochoa, por la Alianza Fuerza y Corazón por México, fue el primero en solicitar protección del gobierno al INE, debido al alto grado de inseguridad y violencia del narcotráfico que existe en Chiapas. Hace un mes fue acribillado un aspirante en Suchiate, y el señor Ochoa prefirió solicitar el protocolo de seguridad que ofreció el gobierno federal y ahora espera la respuesta…Aquí le adelantamos en exclusiva el pasado miércoles que la votación del tema del juicio político contra el gobernador Samuel García se iba a desahogar este miércoles 14 de febrero y que, según nuestras fuentes, le viene un fuerte golpe al polémico mandatario de Nuevo León porque la mayoría de los ministros votará por declarar válido el procedimiento de juicio político que le inició la mayoría del Congreso local. Y parece que ayer hubo señales de que le viene una semana y un 14 de febrero de terror a Samuel García desde el Poder Judicial federal, porque ayer mismo el Consejo de la Judicatura decretó una suspensión de seis meses de su cargo al Juez de Distrito en Nuevo León, Gabriel Domínguez Barrios, quien le concedió varios amparos y suspensiones al gobernador de Nuevo León durante todo el proceso jurídico en contra del Congreso de su estado, por el que Samuel pretendía nombrar a su gobernador interino, mientras se iba a hacer la campaña presidencial. Fue el juez que concedió la suspensión que sostuvo al secretario de Gobierno, Javier Navarro, como el gobernador sustituto por unos días, desatando casi una crisis constitucional y de gobernabilidad en las tierras neoleonesas. Así que en una de esas, de regalo de 14 de febrero, la Suprema Corte de Justicia de la Nación le da a Samuel García un juicio político envuelto en una caja con forma de corazón…Los dados cierran con Escalera Doble. Se viene rico el fin de semana.