La ruptura de Ricardo Mejía Berdeja no es algo menor y por eso provocó tanto ruido y molestia en Morena y en la 4T. El ex subsecretario de Seguridad federal veía al presidente todos los días en Palacio Nacional para la reunión del gabinete de seguridad, precisamente el talón de Aquiles de este gobierno, y se había vuelto un personaje cercano al mandatario. Cada jueves, en las conferencias mañaneras Mejía era el vocero para reportar sobre los avances en casos e investigaciones importantes en materia judicial y de seguridad.
Por eso su salida no es sólo un berrinche más; es el primer integrante del gabinete federal que deja a Morena para buscar ser candidato por otro partido y además un partido aliado como el PT, que también rompe la alianza con los morenistas para postular a Mejía Berdeja y competir solo por la gubernatura de Coahuila, con lo que divide el voto morenista y reduce las posibilidades de pelear esa gubernatura para la 4T. Él estuvo encargado en los últimos dos años de combatir el secuestro, uno de los delitos de más alto impacto en el país y se le consideraba el “brazo derecho” de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.
Pero lo más grave de su rompimiento y por lo que está cimbrando al oficialismo, es que Ricardo Mejía se va del gabinete y del partido porque no estuvo de acuerdo con la seriedad de las encuestas de Morena; se va descalificando el método de elección definido por Andrés Manuel López Obrador y adoptado por su partido para la selección de sus candidatos: las encuestas, con lo que la ruptura del subsecretario sienta un precedente en el partido oficial para la sucesión en el 2024.
Los mismos argumentos que hoy esgrime Mejía en su renuncia, podrían ser repetidos exactamente igual por cualquiera de los aspirantes o corcholatas presidenciales de Morena que no estuviera de acuerdo con la decisión ni con el resultado de las tres encuestas que se aplicarán para elegir al candidato o candidata a la Presidencia o a la Jefatura de Gobierno de la CDMX.
Deslegitimar el método de selección que aplicará Morena en el 2024 es el mayor golpe que representa la renuncia del subsecretario de Seguridad que difícilmente tiene posibilidades de competir en Coahuila, donde si acaso logrará llevar a tercios el resultado de la elección de gobernador, pero a lo mucho le disputaría el segundo lugar a Morena, cuyo voto divide al ser postulado por el PT, luego de que el PVEM finalmente no se atrevió a postularlo, pero tampoco irá en alianza con el morenismo.
Ya antes, en 2020, Porfirio Muñoz Ledo había puesto en duda la veracidad y la metodología de las encuestas de Morena, cuando compitió por la dirigencia nacional con Mario Delgado, pero entonces se minimizaron las denuncias del exdiputado. Hoy, al tratarse de un integrante del gabinete de López Obrador y además un político al que el presidente había empujado y elogiado públicamente, los cuestionamientos de Mejía Berdeja sí han calado dentro de la 4T y de su partido.
Y es que las encuestas del partido gobernante para elegir candidato, de los nueve reactivos que manejan en sus sondeos, el posicionamiento de nombre o nivel de conocimiento vale dos puntos de una calificación de 10. Ese criterio, de solo evaluar qué tan conocido o identificado por la gente es un aspirante es lo que más toman en cuenta las encuestas morenistas, pero esa metodología no necesariamente mide la competitivad de los candidatos y sus posibilidades de crecimiento en una campaña. Ser conocido o popular, no significa que la gente votará por un candidato.
Un ejemplo del impacto que causó el “Mejíazo” es que ayer su dirigente nacional Mario Delgado, mandó una carta a las 22 gobernadores y gobernadoras de Morena, a los que les pide “invitar a sus estados” a los aspirantes o corcholatas presidenciales de Morena para que los ayuden a que la gente los conozca más en sus entidades; pero llama la atención que a la hora de mencionar a las “corcholatas”, Delgado ya no se limitó a tres como hasta ahora lo habían hecho él y el presidente, sino que incluyó a Ricardo Monreal Ávila, el líder del Senado, junto con Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard.
“Quiero solicitarle, con el mayor respeto, que construyamos juntos esa unidad y que fortalezcamos la presencia de nuestra compañera Claudia Sheinbaum Pardo, y de los compañeros Adán Augusto López, Marcelo Ebrard Casaubon y Ricardo Monreal Ávila en su entidad federativa. Sería deseable que, a invitación expresa de usted, en los próximos meses se concretaran visitas para contribuir a que el pueblo esté informado y cuando llegue el momento decida a través de las encuestas”, dice Mario Delgado en la misiva que les envió el sábado pasado a las y los gobernadores morenistas en toda la República.
¿Será que ante la ruptura estridente de un Ricardo (Mejía Berdeja) que se fue precisamente cuestionando la validez y seriedad de las encuestas de Morena, a las que calificó de “vendidas”, Mario Delgado se quiso vacunar encartando a otro Ricardo (Monreal Ávila) como “corcholata oficial” al 2024, aun cuando es conocida la animadversión y el rechazo que el presidente y el mismo dirigente Delgado han expresado a las aspiraciones del senador zacatecano?
Es muy posible que así sea y eso confirma que el “Mejíazo” les caló porque abre la puerta a que otros inconformes con las encuestas presidenciales tomen la vía de una ruptura que claramente debilitaría a Morena y a la 4T en la elección presidencial.
NOTAS INDISCRETAS… Para este lunes está previsto que el presidente reciba en su despacho de Palacio Nacional a la ministra Yasmín Esquivel Mossa. El encuentro ocurre a invitación del mandatario y en medio del escándalo que rodea a la ministra y de las peticiones de que renuncie que abundan en la academia y en las redes sociales, luego de que la UNAM dictaminara que sí cometió un plagio en su tesis de licenciatura al haber hecho “una copia sustancial” de la del pasante Edgar Ulises Báez que la presentó dos años antes que la de ella en la Facultad de Derecho. Esta será la primera vez que López Obrador hable con Yasmín Esquivel desde que estalló la tormenta por su plagio, por lo que los rumores que circularon profusamente de que habían visto a la integrante de la Corte la noche del jueves pasado en Palacio y de que se esperaba su renuncia “inminente” fueron falsos. Es seguro que en el encuentro de hoy se tratará el tema del plagio sobre el que pronto se pronunciará la SEP, y hay una versión, en la que insisten fuentes del Palacio, de que el presidente podría invitarla a integrarse a su gabinete, con lo que implícitamente le sugeriría la renuncia y le daría una salida digna a una crisis que parece insalvable para la ministra Esquivel. Veremos qué maromas se acuerdan en el despacho presidencial ante la grave crisis ética y moral que enfrentan el mandatario y su amiga… Ayer, en el restaurante El Cardenal, comensales se encontraron en una mesa a José Ramón López Beltrán, quien comía con su esposa Carolyn Adams y su pequeño hijo. Uno de los parroquianos se acercó a tomarles fotos, lo que incomodó al hijo mayor del presidente que se levantó de la mesa para decirle a la persona que si quería se tomaba una foto con él. “No, no quiero foto contigo sólo quería tomarte para que vean tu austeridad”, le dijo el comensal. Al final los capitanes de meseros le pidieron al fotógrafo respetar la intimidad de los demás clientes… Mientras crece la polémica por la presencia de la Guardia Nacional, la crisis del Metro lejos de amainar se agrava. Ayer, para aumentar el sospechosismo de la Jefa de Gobierno, justo unas horas después de que Claudia Sheinbaum puso en funcionamiento el tramo subterráneo de la Línea 12, que llevaba ya año y medio cerrado, tras el derrumbe de trabes que mató a 26 personas, en la Línea 7, estación Polanco, una separación entre dos vagones de un convoy ocasionó pánico entre los usuarios. Al filo de las 3:30 de la tarde, con el Metro lleno, los vagones se zafaron y el humo de un incendio inundó rápidamente la estación subterránea, provocando que la gente saliera despavorida de los trenes y corriera asustada para intentar ponerse a salvo, de acuerdo con videos grabados por los mismos usuarios y que circulan en las redes sociales. Los gritos y el miedo reflejado en los rostros de las personas que viajaban en la Línea 7 contrastó con la imagen de Sheinbaum y sus colaboradores cantando la canción “Fue en un Café” a bordo de la recién abierta Línea 12 en su tramo subterráneo. Lo más grave de todo es que, con todo y los miles de soldados que vigilan el Metro y que hasta ahora lo más que han encontrado como evidencia de sabotajes es una lata de refresco que cayó a las vías, la imagen de incapacidad y negligencia del gobierno de la CDMX sigue creciendo en el Metro… Los dados mandan Serpiente Doble. La semana se viene fría y complicada.
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