El sábado pasado se fundó la Internacional Feminista, en la Utopía La Libertad, de la alcaldía Iztapalapa, CdMx, con la presencia de feministas de varios países del mundo, entre los que predominaron los países que hablan con la Ñ.

Un somero repaso al mapa actual del feminismo, para situar esta nueva organización.

Existen hoy 4 tipos de feminismo. No excluyentes entre sí. Al contrario, concéntricos.

1. El feminismo individualista, también llamado progresista, que pregona que cada mujer puede y debe luchar por lograr su mejor destino, dentro del mundo patriarcal actual.

2. El feminismo político, que reconoce que las barreras al destino individual de una mujer están estructuradas en el patriarcado, y organiza a las mujeres para en grupo desestructurarlas.

Este feminismo cuenta con una agenda política internacional.

Ayer luchó para que las mujeres votáramos y pudiéramos educarnos. Hoy lucha para que las mujeres ocupen puestos de autoridad en la sociedad y para desaparecer las violencias machistas milenarias ejercidas contra nosotras. Los acosos, violaciones y feminicidios; la disparidad salarial; la exclusión de las elites.

3. El Estado feminista supone a un Estado que ha asumido la meta de disolver dentro de sí y fuera de sí al Patriarcado —y es la meta expresa de la Internacional Feminista.

Cito de memoria, y de seguro de forma inexacta, las palabras de la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, anfitriona de la reunión fundacional de la organización:

—Las mujeres queremos ocupar los espacios de los gobiernos y desde ahí disolver al Patriarcado y ejercer el feminismo social.

No es la única meta de este feminismo, pero sí es uno de sus ejercicios más relevantes, que los gobiernos adopten los cuidados de los que las mujeres fuimos responsables por milenios, cuidados que nadie pagaba ni nadie siquiera nombraba: cuidados que sostienen la vida del mundo humano y lo conectan con la realidad natural.

Cuidar a los niños, los enfermos y los ancianos; cuidar la salud; cuidar la educación de los menores.

Así el Estado Feminista pone los valores al revés: lo que antes ni siquiera se nombraba ni se valuaba, se vuelve la primera labor del Estado.

Primero los cuidados, por el bien de Tod@s.

4. Al feminismo ecologista suele llamársele desde afuera utópico.

Quienes lo vivimos desde adentro sabemos que no lo es. Es de cierto el feminismo que entraña mayores promesas para el ser humano y al mismo tiempo al que de forma individual se puede acceder sin esperar a nadie, ni al Estado ni a los demás seres humanos.

Se trata del feminismo que pretende desmantelar el patriarcado de forma total, en lo social y/o en los cuerpos, para reconectar la vida (social y/o personal) con la Naturaleza y encontrar en la Naturaleza sus leyes.

Ya no: Pienso, luego existo. Sino: Existo y luego pienso.

Ya no: someto a la Naturaleza al pensamiento. Sino: soy Naturaleza en la Naturaleza y no subordino.

Son tiempos emocionantes para el Feminismo.

Escribía en 1983 Octavio Paz que de todas las revoluciones solo el Feminismo cruzaba el siglo 20 vivo y destinado a cambiar las relaciones humanas y la Historia.

En la tercera década del siglo 21, podemos afirmar que Paz no se equivocaba. Hoy el Feminismo es el movimiento social más nutrido del planeta y con el horizonte más ancho y ambicioso.

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