¿Recuerda usted el caso de Aldo Islas, el estudiante de la BUAP que fue secuestrado y asesinado en 2018?  Bueno, pues este jueves, la Fiscalía General del Estado informó que cinco años después de cometido este crimen, se condenó a tres de los cuatro implicados a 80 años de prisión.

El joven tenía 19 años cuando fue citado por su amigo Uriel N. en Plaza Dorada y de ahí, en compañía de tres personas más fue llevado con engaños a un motel. Al darse cuenta de la situación, el joven fue asfixiado y asesinado en la habitación y pese a ello, pidieron rescate a los familiares.

Luego de una serie de indagatorias, fueron ubicados y detenidos los cuatro responsables, pero Uriel N. obtuvo un amparo y ahora es buscado por las autoridades.

Además de los 80 años de prisión, los culpables deberán pagar 106 mil 32 pesos por reparación de daño, 44 mil 180 pesos por daño moral y una multa de más de un millón de pesos.

Ojalá que este castigo ejemplar también pueda aplicarse en el caso de Uriel N. para que se haga realmente justicia en este lamentable hecho.

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El gobernador Sergio Salomón Céspedes consideró que en este momento no se tiene contemplado emitir un nuevo decreto para regresar al uso obligatorio de cubrebocas, ante el aumento de contagios de Covid-19.

Señaló que se reciben los reportes diarios de la Secretaría de Salud y que las cifras actuales aún no reflejan que haya un repunte.

Aseguró que el sistema de salud del estado está preparado en caso de que se registrara una nueva ola de contagios. Por lo pronto, la BUAP mantiene el llamado a la comunidad académica a usar cubrebocas en espacios cerrados cuando se reincorporen a las actividades escolares.

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Todavía existen automovilistas que pretenden burlar el pago de los parquímetros en el Centro Histórico de Puebla, quitando la placa de sus vehículos.

Sin embargo, el gobierno municipal continúa con los operativos de supervisión en la zona, por lo que ha aplicado 138 “arañas” o inmovilizadores en lo que va del 2023.

Pero además de recibir la sanción, ha habido conductores que han agredido a ocho supervisores de movilidad. En fin, nunca falta quien a toda costa quiere evadir las reglas.