Buena polémica la que se armó en el Congreso del Estado de Puebla a raíz de que la diputada Gabriela Chumacero presentó una propuesta para sancionar con trabajo comunitario a las menores que se ausenten de forma voluntaria y cuya desaparición genere la movilización de los cuerpos de búsqueda y seguridad de manera innecesaria.
Aunque la idea no es tan descabellada, lo negativo es que generalizó al momento de mencionar que el ex gobernador Miguel Barbosa tenía razón al asegurar que "las chamaquitas se van con el novio", comentario del que después se retractó.
Al respecto, habrá que decir que aunque muchas ausencias efectivamente son voluntarias, en Puebla y varios estados del país hay poderosas redes de trata de personas y feminicidios por los que la desaparición de una sola mujer bajo cualquier circunstancia debe encender las alarmas y movilidar a las autoridades.
Habría que apostarle mejor a hacer un llamado de conciencia a los padres de familia para estar al pendiente de sus hijas -e hijos también- y tener buena comunicación para saber con quiénes se relacionan y estar enterados en todo momento a qué hora salen de casa o de la escuela, a dónde van y con quiénes.
La prevención siempre es mejor para saber en qué momento realmente encender las alarmas.
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Los carnavales iniciaron, pero más que festejos, en Puebla y la zona metropolitana, las festividades se han convertido en cantinas andantes que más que emoción, generan molestia y desconcontrol.
A ello hay que agregar el cierre de calles y la agresividad de algunos de los participantes cuando se les pide respetar el paso vehicular e incluso peatonal.
Una medida que podría ayudar es que se prohíba de manera explícita y permanente el consumo de alcohol, el uso de juegos pirotécnicos y el cierre injustificado de las calles durante los carnavales.
