A tan solo unas horas de que Donald Trump tomara posesión como presidente de Estados Unidos, cumplió sus advertencias firmando una orden para declarar emergencia nacional en la frontera con México.
Además, anunció que a partir del 1 de febrero cobrará el 25% de aranceles a México y Canadá y declaró a los carteles mexicanos como terroristas.
Las medidas obligaron a una reunión urgente del gabinete de Claudia Sheinbaum y lo ideal sería que el gobierno mexicano tenga un plan A, B, C y los que se antojen posibles para hacer frente a las amenazas cumplidas, pero además una postura más enérgica y contundente con la legitimidad que nos da el ser socios comerciales.
Esta vez no es como en el primer gobierno de Donald Trump cuando no se construyó el muro en la frontera ni se realizaron tantas deportaciones como ocurrió con Obama.
Esta vez, Donald Trump llega a un país sumido en la crisis, con mucho más poder y en un contexto mundial más vulnerable.
Ni hablar, ahora sí aplica el dicho aquel: "Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos".
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En ese sentido, la política migratoria de Donald Trump ya muestra su impacto en los poblanos. Ante la amenaza de deportaciones masivas y el cierre de fronteras anunciado para el próximo año, la Casa del Migrante Poblano en Los Ángeles se anticipa con la creación del "Santuario Juárez" en Puebla.
Este albergue, inicialmente con capacidad para 20 personas, se proyecta como un refugio de apoyo para quienes sean obligados a regresar a su tierra natal.
En una segunda etapa, ampliará su capacidad para atender hasta 100 migrantes, ofreciendo techo, alimentos y orientación.
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El gobernador Alejandro Armenta Mier, consciente del posible retorno masivo de paisanos, adelantó que su administración trabaja en opciones laborales para los migrantes deportados.
No obstante, cuestionó las consecuencias de la falta de mano de obra poblana en Estados Unidos, donde estos trabajadores son clave en sectores como la construcción y el campo.
Pero en Puebla y el resto de los estados expulsores el reto es mucho mayor, pues además, ya no habrá el mismo monto de remesas, lo que pondrá en jaque a muchos municipios.