A partir de la posición asumida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, se puede esperar que la autopista México-Puebla permanezca bloqueada por más tiempo.
Tanto en esta arteria como en el Arco Norte, se han realizado prolongados bloqueos, sin que se concrete una solución definitiva.
Los manifestantes buscan ser atendidos y están determinados a esperar, en tanto que el gobierno federal, en voz del presidente López Obrador, dice no al chantaje y la mesa de negociación está suspendida sin que se vislumbre una solución inmediata.
Pero en medio del pleito y el caos, los usuarios de la autopista México-Puebla son quienes cubren el terrible costo social y económico. Inadmisible.
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A este respecto, la Coparmex Puebla, mediante un comunicado, exigió a los gobiernos federal y estatal que solucionen los bloqueos tanto en la autopista México-Puebla como en el Arco Norte, pues los empresarios y transportistas también son los principales afectados.
Sin duda, el llamado es inusual, pero no aislado porque evidentemente son muchos los daños y afectaciones colaterales que deja no solo éste sino todos los bloqueos que se han realizado en los últimos meses en ambas vías de comunicación.
Obvio el llamado de la organización empresarial encontró rápida respuesta, aunque quizá indirecta, por parte del secretario de Gobernación, Javier Aquino Limón, quien estableció que el pago por el derecho de vía es un tema del gobierno federal.
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El ingenio de Calipan enfrenta un problema severo derivado del incumplimiento de pago a los productores de caña, por lo que el tema llegó hasta el gobierno del estado vía la Secretaría de Gobernación.
Evidentemente, la problemática es complicada y podría tener repercusiones graves por lo que hace tanto al sostén de un importante número de familias como por la producción de azúcar.
De ahí que lo deseable sea que con la mediación del gobierno estatal, las partes arriben a un acuerdo que permita superar la situación.
