Por fin, después de casi dos decadas de atraso, el Congreso de Puebla cumplió con la demanda legítima de legalizar el aborto.
Su idea original era lograr que se despenalizara hasta las 13 semanas de gestación, pero el consenso general fue dentro de las 12 semanas y finalmente se aprobó.
Atrás quedó el estigma de que Puebla es un estado meramente conservador, pues la reforma se concretó a pesar de la oposición de la Arquidiócesis y de los grupos provida, privilegiando la salud y el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.
Además, como argumentaron varios legisladores de Morena, la despenalización no promueve el aborto, sino que deja de criminalizar a las mujeres que deciden interrumpir su embarazo, ya que al no contar con servicios de salud legales, recurrían a prácticas clandestinas o viajaban a la CDMX para cumplir con su cometido.
Puebla ha dado un paso más y ahora corresponde a los servicios de salud garantizar ese derecho ganado.
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Gran muestra de civilidad y democracia es la que dieron el gobernador electo Alejandro Armenta y su ex contricante electoral, el panista Eduardo Rivera Pérez.
Después de dos meses de campaña, ambos políticos se reunieron para hablar sobre el presente y futuro de Puebla.
Ya lo había dicho Armenta, en su gobierno, sumará las propuestas que en su momento planteó la oposición y que le parecen interesantes, así que esta reunión era el siguiente paso natural.
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La sala de hemodinamia que inauguró este lunes el gobernador Sergio Salomón es un importante avance en materia de salud, sobre todo, tomando en cuanta que las enfermedades cardíacas ocupan los primeros lugares de mortalidad.
En estas salas de los hospitales se realizan intervenciones que salvan la vida de los pacientes, de ahí su relevancia.
