La muy adelantada carrera por la candidatura de Morena que impulsó hace más de un año el presidente Andrés Manuel López Obrador está causando estragos en Morena. La división de corrientes y apoyos en los gobiernos estatales, donde la mayoría de l@s gobernador@s ya tiene a su “corcholata” favorita, es cada vez más evidente de cara a la primera encuesta que depurará la lista de aspirantes al 2024 y perfilará al candidato o candidata que buscará suceder a AMLO en el cargo.

Tras los reclamos de Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard al trato disparejo que han recibido de l@s gobernador@s, el Presidente llamó la atención a los mandatarios estatales. “Ellos saben que no deben utilizar presupuesto público… es ilegal, en la Constitución ya está establecido que la compra de votos se considerara delito grave, igual que el uso del dinero del presupuesto para favorecer a partidos o a candidatos”, dijo este lunes en su conferencia.

Y es que buena parte de l@s gobernador@s de Morena han externado abiertamente sus preferencias y también lo han demostrado con la movilización de sus estructuras locales, como sucedió este fin de semana con el gobernador Salomón Jara, en Oaxaca, quien apoya a Claudia Sheinbaum.

Junto a Jara, otr@s gobernador@s también tienen sus afectos con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Algunos de los más evidentes son los de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, quien ha dicho que “su corazón está decidido por Claudia”. En este mismo grupo también están las gobernadoras de Colima, Indira Vizcaíno; de Guerrero, Evelyn Salgado, y de Baja California, María del Pilar Ávila, todas unidas por la candidatura de una mujer que puede pasar a la historia como la primera presidenta del país.

También apoyan a Sheinbaum los gobernadores de Veracruz, Cuitláhuac García, quien ha dicho frases como que “Claudia va a recibir el cariño del pueblo de Veracruz”; de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, quien considera a la jefa de Gobierno una “dama de hierro”; de Sinaloa, Rubén Rocha, quien hace unos días en un acto público invitó al templete a la pareja de Sheinbaum.

Entre los gobernadores que llegaron por otro partido, pero hoy son considerados de Morena, Cuauhtémoc Blanco, de Morelos, también respalda a Sheinbaum, quien lo tiene encartado para que compita por la alcaldía que lleva su nombre en la Ciudad de México.

Uno de los handicaps de la jefa de Gobierno es que aun con el apoyo de al menos nueve gobernador@s de entidades importantes, no ha logrado aumentar considerablemente su conocimiento en el interior del país.

Marcelo Ebrard, quien figura en la mayoría de las encuestas en segundo lugar, también tiene a sus gobernador@es. El canciller cuenta con el respaldo del gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca; de Tamaulipas, Américo Villarreal, y de Quintana Roo, donde gobierna Mara Lezama. El secretario de Relaciones Exteriores es uno de los que más estructuras locales ha construido, lo mismo que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.

Y el caballo negro, Adán Augusto López, en su año y ocho meses que lleva como secretario de Gobernación, también ha logrado tejer alianzas en los estados. Al titular de la política interior del país lo apoyan abiertamente el gobernador de Baja California Sur, Víctor Manuel Castro; de Chiapas, Rutilio Escandón, y de su natal Tabasco, Carlos Merino, a quien dejó en el cargo para ir a tomar las riendas de la Segob.

Se suman el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo; de Nayarit, Miguel Ángel Navarro; de Puebla, Sergio Salomón Céspedes, y la mandataria de Tlaxcala, Lorena Cuéllar. De los que no son de Morena, pero son considerados parte del movimiento, está también el gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo.

Ricardo Monreal tendría solamente el apoyo de su hermano, el gobernador de Zacatecas, David Monreal, aunque su respaldo en todo caso se lo daría a Marcelo Ebrard.

Interesante será ver cuáles gobernadores de la oposición van eventualmente a servir a alguna de las “corcholatas”, unos por conveniencia, otros por supervivencia, y otros porque su partido quedará a la deriva. En este último caso está Coahuila, pues de ganar el candidato del PRI, Manolo Jiménez, sería probablemente lo único que le quede a ese partido. En el Estado de México es previsible que, si gana la gubernatura, Delfina Gómez se incline por Claudia Sheinbaum.

En el caso de las entidades gobernadas por Movimiento Ciudadano, como Jalisco y Nuevo León, probablemente encuentren en Marcelo Ebrard a su “corcholata” preferida, dada la cercanía del canciller con Dante Delgado.

Otras entidades panistas como Chihuahua, de Maru Campos; Aguascalientes, de Tere Jiménez; Guanajuato, de Diego Sinhué; de Querétaro, de Mauricio Kuri, y de Yucatán, Mauricio Vila, podrían decantarse por el secretario de Gobernación, más por la política de seguridad que por otra cosa.

Así las cosas, hay mucho en juego en todas las entidades del país. Por eso l@s gobernador@s han decidido mover sus fichas y sus apoyos. La candidatura y la elección presidencial se va a ganar con presupuesto, estructura y acuerdos políticos. En ese camino trabajan las “corcholatas” en un muy adelantado y desaseado proceso preelectoral.

Posdata

El tipo de cambio está en su mejor nivel desde abril del 2016, más por la debilidad del dólar que por la fortaleza fundamental del peso mexicano. Como sea, la noticia tiene sus claroscuros: le beneficia a los importadores y le perjudica a los exportadores; al gobierno le quita presión en su deuda y el pago de intereses de los financiamientos en dólares, pero obtiene menos dinero por la venta de petróleo y otros productos al exterior; las familias mexicanas reciben menos dinero vía remesas cuando convierten sus dólares a pesos; las empresas del sector turismo ganan menos por cada dólar cobrado a los extranjeros.

Así que no hay que echar a volar las campanas con el fortalecimiento del tipo de cambio, que ayer cerró en 17.4 pesos por dólares.

@MarioMal

 

 

 
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