Ámsterdam 86 es uno de los inmuebles dañados por el sismo de septiembre del 2017 que siguen sin ser reconstruidos. El edificio no se cayó con el temblor, tampoco hubo heridos o muertes que lamentar. En un inicio, los daños que presentaba parecían ser reparables, pero finalmente se decidió demolerlo y reconstruirlo por completo.

Platiqué con dos propietarios de Ámsterdam 86. El gobierno no ha levantado un solo piso, son los vecinos quienes reconstruyen el tortuoso proceso de promesas incumplidas. Uno de ellos comienza y recuerda que, ante la pasividad del gobierno de Miguel Ángel Mancera, cuando entró Claudia Sheinbaum en 2018 notaron un cambio en cuanto la forma de trabajar, se hizo de manera más ordenada.

Primero, pasaron aproximadamente dos años desde que se programó la demolición del edificio hasta que llegó la maquinaria para demolerlo. “Siempre ha habido respuestas, pero nunca las cumplen. El tema es que todos los plazos para concretar procesos –en estos seis años– nunca se han cumplido.”

Luego de que demolieron el edificio, comenzó el proceso de la reconstrucción. El primer arreglo fue contratar un constructor privado. Parte del financiamiento lo ponía el constructor y otra parte la Comisión para la Reconstrucción. En el plan todos ganaban, los vecinos recuperaban sus viviendas, el gobierno cumplía y el constructor edificaba un 35% más de la construcción original para tener utilidad.

Empezó la obra y a los tres meses el constructor unilateralmente detuvo la obra por los costos que le estaba generando. Pasaron otros 11 meses para que el constructor y la comisión llegaran a un nuevo acuerdo financiero: la comisión ponía el 65% y el resto el constructor.

Se reanuda la obra con la nueva negociación. Pero a los tres meses la vuelven a detener. Esta vez no fue el constructor, sino la Comisión bajo el argumento de que el fideicomiso estaba siendo auditado (del cual no se conocieron los resultados debido a que Cravioto sustituyó a Batres como legislador después del fracaso electoral en la CDMX del 2021). Varias obras fueron detenidas, no solo la de Ámsterdam 86. Luego de unos meses, se reanudan algunas, pero no Ámsterdam: “nos dijeron que nuestro edificio era muy caro y que se salía del parámetro del presupuesto. La comisión pide modificar nuestro proyecto arquitectónico y se les ocurre la idea de que en vez de 14 pisos quede en 8 pisos, o sea quitar los pisos adicionales para que la obra sea mucho más económica y se construya más rápido”.

Hace 10 días el fideicomiso aprobó el proyecto. El martes los vecinos acudieron a firmar un nuevo convenio para dar por terminado el contrato original que el constructor no pudo financiar. “Dicen que empezaran la obra el 1° de julio. Esto no lo van a cumplir porque nunca han cumplido nada. El problema que tenemos es que le deben 10 millones al constructor, creemos que no va a empezar si no le pagan. Ahorita se está tramitando el pago de 2 millones 800 mil pesos para que pueda arrancar la obra, pero no les creemos nada”, afirma otro de los vecinos.

Unos días antes de dejar su cargo, Claudia Sheinbaum entregó la Unidad Habitacional “Gitana 243” en la alcaldía Tláhuac, también dañada por el sismo. Allí aprovechó para dar dos mensajes: “los compromisos que hacemos los cumplimos” y “decirles a todos aquellos que aún no hemos entregado la vivienda, estamos dejando todos los recursos y todos los compromisos hechos, no les vamos a fallar”.

Sheinbaum ya está recorriendo el país en busca de ser la candidata. Las encuestas dicen que lo logrará. Ojalá que Batres no deje colgados a los vecinos de Ámsterdam 86, sería un pendiente muy lastimoso de promesas que no se cumplen. Después de seis años de no ver un solo ladrillo para arrancar la construcción y con ello recuperar su vivienda, los vecinos de Ámsterdam 86 no darán un solo voto de confianza hasta no ver cumplidas las promesas.

@MaiteAzuela

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