Una nueva farsa, un nuevo engaño, un nuevo fraude. El INE acaba de presentar un informe detallado sobre el proceso de verificación de firmas de apoyo a la Revocación de Mandato, solicitado, supuestamente, “por la ciudadanía”.
Un muestreo realizado en las 32 entidades federativas demostró que el supuesto ejercicio democrático, impuesto desde Palacio Nacional como herramienta de despegue político para el tramo final del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, se trata en realidad de un escandaloso fraude.
El 25% de los supuestos firmantes de la Revocación no firmaron absolutamente nada. Alguien se apoderó de sus datos y los empleó de manera ilegal para alcanzar la cifra (3.5% de la Lista Nominal de Electores) que permite la realización de este “instrumento de participación ciudadana”.
Además de localizar a los votantes fantasma, el INE elaboró un largo informe en el que se enumeran las irregularidades cometidas por los promoventes que se registraron para llevar a cabo el proceso de captación de firmas de apoyo.
Algunos de estos promoventes se registraron en gran número en estados como Veracruz, Sinaloa, Guerrero, la Ciudad de México y el Edomex.
En la revisión de documentos realizada por el INE se halló que mediante la aplicación móvil “Mi Apoyo” se habían presentado 296 mil 980 inconsistencias.
Había credenciales que no eran las emitidas por el INE. Había credenciales cuyo anverso o reverso no correspondían a los de la credencial oficial. Había credenciales con firmas que no eran las plasmadas en las que el INE había emitido, y había credenciales con el rostro de una persona distinta al del propietario de la credencial.
Había credenciales, incluso, en las que la fotografía no era de un ser humano, y en las que el rostro aparecía cubierto por gorras, cubrebocas y lentes oscuros.
Había también credenciales donde la clave de elector o la firma digitalizada eran ilegibles, o habían sido sobrepuestas.
En esas credenciales había personas que habían perdido sus derechos políticos, había nombres duplicados, había domicilios falsos y había también un buen número de muertos.
Más de 13 mil credenciales estaban vencidas.
En la captación de firmas mediante formatos físicos, el INE detectó 693 mil 208 inconsistencias.
Aquí había más de 17 mil muertos, más de 28 mil credenciales vencidas, más de 700 credenciales que pertenecían a personas cuyos derechos políticos habían sido suspendidos y medio millón de nombres duplicados.
Se detectaron, asimismo, casos de usurpación: “Personas ciudadanas que proporcionaron en su trámite datos distintos a los propios para ostentar la personalidad de un tercero”.
De acuerdo con el informe, que será presentado hoy de manera oficial, el porcentaje de apoyo fue mayor en Tabasco, la Ciudad de México, Chiapas, Campeche, Michoacán, Sinaloa, Oaxaca y Guerrero, y menor en Jalisco, Coahuila, Querétaro, Puebla, Durango, Nuevo León y Guanajuato.
A fin de dar cumplimiento al artículo 23 de la Ley Federal de Revocación de Mandato, el INE seleccionó una muestra aleatoria de registros que correspondían a firmas de apoyo consideradas válidas. El 21 de enero se acudió a los domicilios de las personas seleccionadas.
Resultó que la cuarta parte de los ciudadanos que supuestamente habían firmado en apoyo de la Revocación, no estaban enterados de que su nombre había sido empleado para alcanzar los requisitos.
Según el INE, corresponde a la Dirección Ejecutiva del Registro Federal de Electores integrar los expedientes de las posibles irregularidades y dar vista a la autoridad competente.
“El intento de hacer fraude no ha desaparecido”, escribió ayer en su cuenta de Twitter el consejero Ciro Murayama.
3 mil 830 millones de pesos tirados a la basura. Un “ejercicio de participación ciudadana” que nadie pidió, marcado por las peores prácticas y por los chanchullos de siempre. Votantes muertos y votantes fantasma para que el presidente pueda constatar su popularidad aplastante.
Sí. Qué siga la democracia.