El choque ocurrió a la medianoche del pasado 23 de junio en El Salto, Jalisco. Había llegado una llamada anónima que reportó a las autoridades que gente armada acababa de meter a un domicilio a dos hombres amordazados, a quienes habían bajado de un vehículo.

De acuerdo con el reporte oficial, una mujer abrió la puerta a los policías y les informó que aquella llamada era falsa. No se sabe cómo empezó el tiroteo, pero este se prolongó durante más de una hora.

Fueron llegando agentes estatales, militares y elementos de la Guardia Nacional.

Durante el tiroteo murieron cuatro policías y ocho sicarios. Hubo ocho detenidos. Dentro de la casa de seguridad había siete armas de alto poder, cargadores de diversos calibres, varios chalecos tácticos y un cuerpo segmentado al que los habitantes de la casa habían metido en bolsas de plástico.

En ese mismo lugar había ocurrido horas antes un operativo de la Fiscalía Especializada en Casos de Desaparición Forzada: los agentes investigaban un caso más de desaparición en la peor crisis de desapariciones ocurrida en el estado de Jalisco.

Tres días más tarde, cientos de familiares de desaparecidos, niños y adultos mayores incluidos, salieron a las calles de Guadalajara para exigir “resultados reales” a las autoridades del estado.

“Estamos viviendo una pesadilla”. “Señor gobernador no sea indiferente, se llevan nuestros hijos delante de la gente”, eran algunas de las consignas.

El pasado Día de las Madres se había dado en calles de la ciudad otra manifestación realizada por personas que no volvió a saber jamás de los suyos.

El colectivo Luz de Esperanza denunció que ocurren en el estado unas 45 desapariciones diarias. Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas, se reportan en Jalisco más de 15 mil personas de las cuales se desconoce su paradero.

Jalisco ocupa el tercer lugar nacional en desapariciones. Pero según la consultora Lantia Intelligence, es el estado con mayor número de hombres desaparecidos (76%).

Los datos son alarmantes. Entre enero y mayo de 2022 se contabilizó en la entidad la desaparición de 270 hombres y 86 mujeres.

Le siguieron, en una lista siniestra, la Ciudad de México con 262 hombres y 159 mujeres desaparecidos; el Estado de México con 260 y 188, respectivamente; Veracruz, con 214 y 119, y Morelos con 156 y 141.

La mayor parte de los hombres desaparecidos fluctuaban entre los 25 y los 29 años de edad.

La organización México Unido contra la Delincuencia (MUCD) dio a conocer un informe estadístico que revela que en Jalisco ha ocurrido el 17% de las desapariciones reportadas en el país. La mayor parte de ese porcentaje se dio entre 2020 y 2022, sobre todo en los municipios de Guadalajara y Zapopan.

Las mujeres más afectadas forman parte del grupo de entre 15 y 19 años.

Un alto número de las ausencias obedece a prácticas de exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación: solo en los primeros cuatro meses de este año se ubicaron 21 fosas clandestinas, con cerca de 70 víctimas, en Tonalá, El Salto, Tlaquepaque y, sobre todo, Tlajomulco de Zúñiga.

En nueve meses de 2021 habían sido encontradas otras 18, con alrededor de 250 cuerpos. 

De acuerdo con el analista Eduardo Guerrero, titular de Lantia Intelligence, existen indicios de que en las desapariciones han tomado parte agentes municipales de la Zona Metropolitana, La Barca, Ocotlán y Lagos de Moreno.

Más preocupante aún es que, según información dada a conocer recientemente por Lantia Intelligence, una porción de estas tiene como objeto el reclutamiento forzado de las víctimas.

“Estamos viviendo una pesadilla”, afirman los familiares de las víctimas.


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