En el partido de ida contra el Real Madrid, hizo ver a Messi como principiante en popularidad; se llevó todos los reflectores. Mientras el veterano fallaba un penalti trascendental en la eliminatoria, el francés anotaba en el tiempo de reposición; sí, al estilo Real Madrid, contra el propio equipo blanco. Una muestra de que está preparado para irse al equipo más ganador en la historia del futbol.

París se rindió ante el exjugador del Mónaco. Es una afición que ha visto cómo, a base de petroeuros, se forma un equipo para llegar a ser campeón de Europa, aunque hasta ahora no lo haya logrado. Pero no solamente los fans en la capital francesa; se le rindió también la del Madrid, la del Barcelona, la de todos los clubes del mundo. Ese es el poder de Mbappé, el nuevo estelar del futbol mundial.

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Claro que el Real Madrid pujará hasta tenerlo en su equipo, es parte del proyecto de regeneración del equipo, el cual ya se avejentó y, por motivos financieros, no ha podido tener a esas figuras tan deseadas: El francés del PSG y el noruego del Dortumund, Erling Haaland. Lo único que necesita Mbappé para graduarse como el más querido y seguido del mundo es ganar algo más allá de la Ligue 1.

Claro que si levanta la Champions esta temporada, será su graduación, su necesaria graduación. ¿Pero quién puede asegurar que lo hará? Nadie, ni el más recalcitrante fanático del PSG podría apostar a que esta eliminatoria está sentenciada. Enfrente, el 9 de marzo, estará el Real Madrid, 13 veces campeón de Europa, especialista en estos menesteres.

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