Ayer relatamos el fracaso del programa obradorista de Internet para Todos, a consecuencia de la contratación de una empresa fallida, Altán Redes, que tiene muy buenas relaciones con altos funcionarios que han estado en el entorno del presidente López Obrador, como Gabriel García, Emiliano Calderón y, hasta antes de fallecer, Raymundo Artís (qepd). Prometieron llevar internet a 100 mil comunidades y aquello ha sido una tragicomedia de enredos salpicada de sospechas de corrupción.
Quizá lo que más sorprende es que este magno tropiezo con Internet para Todos no parece haber intimidado el apetito de este grupo de políticos/empresarios en su afán por hacer negocios: según fuentes de primer nivel, saltaron del fracaso del internet a la ocurrencia de hacer una línea aérea propiedad del gobierno: Aerolínea del Bienestar o Aerobienestar, como se le apoda burlonamente.
Nació con un anhelo: ser la primera línea aérea en operar en el desdeñado aeropuerto de Santa Lucía. La idea, me dicen, fue del director de Altán Redes, el empresario español Salvador Álvarez: que el gobierno tenga su propia aerolínea obradorista, levantada a partir de las ruinas de Mexicana de Aviación, a través de una cooperativa con los más de mil trabajadores que siguen en pie de lucha tras la quiebra. Sin hangares, sin slots (los lugares para aterrizar en los aeropuertos), sin el uso del nombre/marca y por si fuera poco, sin aviones, sino rentándolos para operar, con una inversión total de 150 millones de dólares.
Se levantaría el 40% de esa inversión entre privados y extrabajadores de Mexicana de Aviación (a quienes ni siquiera les han pagado las jubilaciones), otro 40% lo pondría el banco de desarrollo gubernamental Bancomext y el 20% restante lo invertiría… ¡Altán Redes! Sí, la misma empresa que fracasó con el programa Internet para Todos en dos sexenios consecutivos y que está en concurso mercantil, con problemas para restructurar la deuda y pidiendo créditos.
Lo más sorprendente es que el proyecto ¡encantó en la “4T”! Así que comisionaron al INAES (Instituto Nacional de Economía Social) para que ayudara a Altán Redes a desarrollarlo.
En esas andaban cuando se cruzaron otros intereses con una nueva ocurrencia audaz: según las mismas fuentes, el secretario de Turismo, Miguel Torruco, empezó a cabildear para que la Aerolínea del Bienestar no se construyera desde las ruinas de Mexicana de Aviación, sino desde la menos ruinosa Aeromar. Cabe recordar que Aeromar acaba de ser embargada por deudas multimillonarias con el SAT.
El planteamiento es sencillo: que el gobierno no gaste en una Aerolínea del Bienestar, sino que rescate a Aeromar, repinte y rotule los aviones, y la convierta en Aerobienestar. Se sabe que el secretario Torruco y la familia Katz, dueña de Aeromar, tienen muy buenas relaciones. Y el secretario ha comentado, me revelan, que a fines de mes va de gira a Guatemala para impulsar el proyecto de Mundo Maya (conectar el sur-sureste mexicano con los sitios turísticos arqueológicos centroamericanos), y deslizar que Aeromar se pudiera volver algo así como la aerolínea oficial del proyecto.
SACIAMORBOS
Ya sabe. De esos funcionarios con intereses que eran los de antes, de esos negocios al amparo del poder que se hacían antes, de esos influyentismos que había antes.
historiasreportero@gmail.com