“Carlos Del Valle se siente bendecido en Palacio Nacional”, dice la publicación de Facebook que remata con el hashtag #SeguimosTrabajando y el emoticón de un sonriente angelito. En la foto, de traje, con una carpeta bajo el brazo, Del Valle posa en el patio central de Palacio, con el coche del presidente atrás. Es de marzo de 2019.
Es el hijo de Alejandro Del Valle, el empresario detenido la semana pasada en el Club de Industriales de Polanco. Ambos, padre e hijo, gozaban de un trato VIP en Palacio, gracias a su cercanía política y de negocios con uno de los hombres de confianza del presidente López Obrador: su operador electoral y financiero, Gabriel García Hernández.
La galería en las redes sociales de Carlos Del Valle es francamente amplia: aparece con el propio Gabriel García, con Mario Delgado y graba varios videos “reportando desde los pasillos de Palacio Nacional”. La publicación estrella es su foto con el primer mandatario, ambos de traje y corbata: “excelente reunión con Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, ¡gracias por su apoyo!”.
Un paseo por las redes sociales del empresario Carlos Del Valle brinda un interesante diagnóstico de las relaciones entre él, su papá (hoy detenido) y la 4T. Los Del Valle se metieron hasta la cocina: hay fotos desde tiempos de la campaña presidencial, dentro de la famosa casa de campaña de López Obrador, en la calle de San Luis Potosí.
¿Cómo lograron este all access? A través de Gabriel García, por años, el hombre que le manejaba el dinero y la operación electoral a López Obrador. Ni más ni menos. García, mucho menos conocido de lo que merecería un hombre de su estratégica importancia, tenía derecho de picaporte con el presidente hasta que, en el verano pasado, tras el revés electoral en la Ciudad de México, el presidente lo despidió, lo mandó de regreso al Senado del que había pedido licencia para ser funcionario de alto nivel y nombró a otro en su lugar.