Tras la declaración de la pandemia por COVID-19 en marzo del 2020, 107 países cerraron escuelas e implementaron educación a distancia [1].

Los profesores de todos los niveles de manera general refieren que durante las clases a distancia, en línea, remotas, o virtuales, el aprendizaje fue deficiente por una o más de las siguientes razones: falta institucional de plataformas adecuadas para la educación, falta de capacitación del personal docente para el uso de las plataformas, falla en el servicio de internet (de las instituciones o de los alumnos en casa), falta de atención y desinterés de los estudiantes. Estas circunstancias hacen suponer que después de casi un año de clases en modalidad remota, hay deficiencias que no se han podido subsanar y que afectarán la apropiación de nuevos conocimientos más adelante; pero ¿qué evidencia existe del retraso educativo a consecuencia de las clases remotas durante el primer año del confinamiento por la pandemia de COVID-19?

Los reportes internacionales muestran que antes de la crisis sanitaria, solo el 53% de los profesores usaron tecnologías de información y comunicación incorporadas a sus clases, por ejemplo, computadora, tableta, teléfonos inteligentes, plataformas en línea  y softwares [2]. En nuestro país, muy pocas instituciones estaban preparadas con tecnología y plataformas especializadas para responder rápidamente a una situación de educación remota. Incluso dentro de las instituciones que contaban con plataformas, no todos los profesores estaban capacitados para utilizarlas. Un estudio realizado en el sur de Sonora mostró que durante el confinamiento por la emergencia sanitaria, solo el 31% se comunicaba por plataformas especializadas como Blackboard [3].

En el 2022 se dieron a conocer los resultados de un estudio cuyo objetivo fue valorar la magnitud de las deficiencias de aprendizaje durante la pandemia en estudiantes de primaria y secundaria. El estudio compila información de investigaciones ejecutadas en 15 países incluyendo México; Los autores consideraron la deficiencia de aprendizaje como un retraso en el progreso del aprendizaje esperado, así como la pérdida del conocimiento y las habilidades que ya se habían ganado. Los resultados revelan que los estudiantes perdieron hasta el 35% de un año escolar normal, preocupantemente esta pérdida surgió durante la pandemia y siguió a través del tiempo [4]. Otro estudio que analizó bases de datos de México mostró también que la pérdida de aprendizaje por la educación a distancia durante el confinamiento fue de un tercio del año escolar, este dato se traduce a una pérdida de un año completo en la educación posterior. La estimación antes expuesta es considerando que el aprendizaje a distancia funcionó correctamente, de lo contrario la pérdida de aprendizaje representa la pérdida de un año escolar en el corto plazo, y significaría una pérdida de dos años en la educación posterior [5].

En particular destaca un estudio hecho en México en el que se compararon resultados de encuestas hechas en el 2019 y 2021 a estudiantes de 10 a 15 años de Campeche y Yucatán. Los resultados revelan un incremento en la pobreza del aprendizaje en un rango de 26-15% en lectura, y de 30-29% en aritmética. Para este trabajo los autores definen la pobreza del aprendizaje como la incapacidad de leer y entender un texto sencillo a la edad de 10 años; y en cuanto a aritmética, el porcentaje de niños de 10 años, que no pueden resolver una división exacta y de tres dígitos  [6].

Ante este panorama, surgen varias interrogantes: ¿qué pruebas deben aplicarse para valorar la pérdida de aprendizaje? ¿qué acciones deben tomarse para reparar esas pérdidas? ¿cuánto tiempo llevará cubrir las deficiencias? ¿cómo se afectará la adquisición de conocimientos y el desarrollo de habilidades a los niveles educativos posteriores?

El Banco Interamericano de Desarrollo recomienda cuatro acciones para reconstruir la educación dependiendo del contexto de cada país: 1) Recuperar a los alumnos que perdieron contacto con el sistema educativo, asegurándose que completen su educación. 2) Aprovechar las inversiones en el uso de tecnologías educativas realizadas durante la pandemia para transformar digitalmente los sistemas educativos. 3) Acelerar el aprendizaje, es decir centrarse en los conceptos que los estudiantes necesitan tener para progresar en el grado de acuerdo con su edad, y trabajar en el rediseño de planes de estudios. 4) Promover un ambiente de bienestar y salud mental que los jóvenes necesitan para sobresalir en el ámbito académico y laboral [7].

¿Cuál es el plan de las autoridades de educación para reparar el rezago educativo, que ya era evidente antes de la pandemia por COVID-19?

Hasta el momento hay más preguntas que respuestas, y muy probablemente los educadores y padres de familia terminemos tomando acciones remediales que poco impacto tendrán en la educación a futuro de los niños y jóvenes mexicanos.

Ma. del Rocío Baños-Lara es Doctora en Ciencias Bioquímicas por la UNAM. Actualmente es profesora-investigadora de la facultad de Medicina de la UPAEP y es directora del Centro de Investigación Oncológica Una Nueva Esperanza-UPAEP. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt (Nivel I), y es miembro de la Sociedad Mexicana de Virología y de la Sociedad Americana de Virología.

Contacto: marocio.banos@upaep.mx

Referencias

1.    Viner, R.M., et al., School closure and management practices during coronavirus outbreaks including COVID-19: a rapid systematic review. Lancet Child Adolesc Health, 2020. 4(5): p. 397-404.

2.    OECD, How prepared are teachers and schools to face the changes to learning caused by the coronavirus pandemic? 2020.

3.    Castellanos Pierra, L.I., et al., La continuidad educativa en México en tiempos de pandemia: principales desafíos y aprendizajes de docentes y padres de familia. Revista de estudios y experiencias en educación, 2022. 21: p. 30-50.

4.    Betthauser, B.A., A.M. Bach-Mortensen, and P. Engzell, A systematic review and meta-analysis of the evidence on learning during the COVID-19 pandemic. Nat Hum Behav, 2023. 7(3): p. 375-385.

5.    Monroy-Gomez-Franco, L., R. Velez-Grajales, and L.F. Lopez-Calva, The potential effects of the COVID-19 pandemic on learnings. Int J Educ Dev, 2022. 91: p. 102581.

6.    Hevia, F.J., et al., Estimation of the fundamental learning loss and learning poverty related to COVID-19 pandemic in Mexico. Int J Educ Dev, 2022. 88: p. 102515.

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