El tiempo uno de los recursos más importantes que tiene la humanidad, el cual se ha convertido en una variable que interfiere en las decisiones y aprovechamiento de las actividades que son parte de nuestra vida diaria. El adelantar o atrasar una hora el reloj en dos momentos diferentes del año, ha provocado que se cuestione las decisiones si funciona o no el realizar estos cambios, una de las razones principales por la cual se realiza esta acción está sustentada en el argumento de reducción de consumo de energía; inicialmente esta fue la razón más importante para realizar este cambio de horario, en 1784 Benjamín Franklin siendo embajador en Francia sugiere adelantar una hora los relojes para aprovechar la luz del día y minimizar el uso de combustibles fósiles para la generación de energía (Livingtong, 2019), lo cual dio origen al denominado horario de verano, posteriormente durante la primera y segunda guerra mundial los Estados Unidos, Reino Unido y Francia, adoptan el horario de verano con el fin de disminuir el uso de combustibles para la generación de energía (Bartky & Harrison, 1979). Durante los años de implementación de esta medida se observaron ahorros sustanciales en el consumo de energéticos, pero el descontento de la sociedad era presente en esos momentos, principalmente aquellas personas que usaban la salida y puesta del sol como referente para el inicio y culminación de sus actividades, por esta misma razón la implementación de dicho cambio fue intermitente entre los periodos posteriores a los eventos mencionados. La razón principal de la implementación del horario de verano fue y será el ahorro de energéticos (renovables y no renovables) en donde a nivel mundial se ha demostrado que esta acción reduce el consumo en un 5-10 % de combustible, lo que equivale aproximadamente a 89.2 MtCO2e emitidas a la atmósfera, esto solo contabilizado en la Unión Europea, aunque en EE.UU solo se ve reflejado en un 1% de reducción de consumo de combustibles fósiles lo que equivale a 45 MtCO2e, lo que implica que la temperatura de la tierra no se vea afectada, aunque hace falta más acciones que mitiguen el incremento de esta cifras (http://www.globalcarbonatlas.org/es/CO2-emissions, consultado 03/04/2023).

En México se implementó el horario de verano en el año de 1996, principalmente por una homologación para las actividades económicas con el país vecino del norte, se tenía poco tiempo de haber iniciado las relaciones con el denominado Tratado del Libre Comercio (TLC), esta fue una de las razones para la instaurar una acción de cambio de horario, con sus implicaciones económicas en la minimización de consumo de combustibles para la generación de energía. México en el primer año de implementación de tenía una producción de energía de 2,412 Tera-Watts-hora (TWh) y un consumo de energía de 1,583 TWh, con una población aproximada de 94 millones y 346 MtCO2e generado. Después de 25 años de instaurar el horario de verano México tuvo un decremento de 445 TWh en su producción de energía, un incremento 422 TWh de consumo real y 75 MtCO2e, en donde la población en ese intervalo aumento 33 millones, lo que podría indicar que la implementación de dicha medida no tuvo beneficio alguno prinicpalmete por el déficit energético en producción, pero si se analiza el histórico de un mismo periodo de tiempo se tiene que México tenía una sobre producción de energía de 1,822 TWh, de así como 956 TWh con lo que respecta a consumo, generando 202 MtCO2e, con un incremento de 39 millones, en el mismo periodo de años (www.sie.energia.gob.mx, consultado 03/04/2023; www.inegi.gob.mx, consultado 03/04/2023; http://www.globalcarbonatlas.org/es/CO2-emissions, consultado 03/04/2023).  Desde la perspectiva ambiental se observa una disminución de 2.7 veces los gases efecto invernadero (GEI), pero también en cada uno de los indicadores analizados, la serie temporal se analizó mediante una correlación lineal, con pruebas de correlación de Dicker-Fuller con una confiablidad de 0.5 (Younus et. al., 2021). Lo que ha llevado a México a ser uno de los países que han disminuido sus emisiones de CO2 a la atmosfera, esto mediante la implementación de este tipo de medidas de cambio de horario, lo que posiblemente no se vea reflejado directamente en el bolsillo de las personas, pero si en el crecimiento del país en materia de competitividad.

En cuestiones de salud el horario de verano en sus inicios no presentaba resistencia a su implementación, solo por aquellas personas que tenían sus ciclos biológicos basados en la salida y puesta del sol; pero en los últimos años el incremento de actividades por parte de la sociedad productiva ha generado problemas para este sector, relacionados principalmente con los ciclos de sueño (Brown et. al., 2021), el investigador Till Roenneberg crono biólogo del Instituto de Psicología Medica de la Universidad de Múnich, en sus estudios relacionados con los ciclos biológicos del sueño ha demostrado que el horario de verano tiene afectaciones de los ciclos del sueño de los individuos, son repercusiones en el rendimiento de las actividades que realiza a diario, mencionando que el ciclo de sueño no se regulariza en el lapso de duración del horario de verano, una de las aportaciones por Roenneberg es la relación de esta alteración del ciclo de sueño correlacionado con otras variables, como el uso de dispositivos digitales, mala alimentación y poca organización de actividades relacionadas con la actividad productiva, lo que menciona como ambiente local alterado (Roenneberg et. al., 2019).

Con los argumentos planteados se puede establecer que el horario de verano tiene beneficios desde la perspectiva de consumo, generación de energía siendo una alterativa viable para la sociedad, teniendo una correlación directa con el crecimiento del país y competitividad del mismo, así como la disminución de gases como CO2 considerado como uno de los gases presentes en el efecto invernadero e incremento de la temperatura de la tierra, lo que llevaría a beneficios ambientales tangibles en la mitigación de este contaminante presente. En cuestiones de salud y específicamente en relación a las alteraciones del sueño se puede generar una línea de investigación, principalmente porque existen variables que afectan de manera directa o indirecta, esto por la existencia de ambientes locales fluctuantes correlacionados con variables como dispositivos digitales, alimentación y organización de los individuos. La implementación o no de este tipo de medidas solo el tiempo mismo dará la razón y demostrará que el paradigma puede ser una falta de información e interpretación de la ya existente, lo que podrá ser argumentado por los cambios en los ciclos de la tierra y de la salud misma pero no solo de los ciclos del sueño.

Referencias

Bartky, I. R., & Harrison, E. (1979). Standard and daylight-saving time. Scientific American, 240(5), 46-53.
Livingston, A. (2019). Is Daylight Savings Time Helpful or Harmful?–History & Effects. Money Crasher, https://www. moneycrashers. com/daylight-savings-time-history-effects/, Zugriff, 18(07), 2019
Younus, N. M., Jassoom, B. H., & Turki, Z. H. (2021). Analyzing the reality of local investment and measuring its impact on sustainable development in the uae using the ardl methodology. Industrial Engineering & Management Systems, 20(2), 184-191.
Roenneberg, T., Pilz, L. K., Zerbini, G., & Winnebeck, E. C. (2019). Chronotype and social jetlag: a (self-) critical review. Biology, 8(3), 54
Brown, T. M., Brainard, G. C., Cajochen, C., Czeisler, C. A., Hanifin, J. P., Lockley, S. W., ... & Wright Jr, K. P. (2022). Recommendations for daytime, evening, and nighttime indoor light exposure to best support physiology, sleep, and wakefulness in healthy adults. PLoS biology, 20(3), e3001571.
http://www.globalcarbonatlas.org/es/CO2-emissions, consultado 03/04/2023
https://www.sie.energia.gob.mx, consultado 03/04/2023 
https:// www.inegi.gob.mx, consultado 03/04/2023

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