Hace unas semanas, llegó a una de mis redes sociales una noticia en donde se informaba que un colegio de nivel bachillerato en Londres (David Game College), puso en marcha este semestre un experimento con un grupo de 20 estudiantes que consiste en sustituir a profesores reales por una plataforma digital creada con Inteligencia Artificial (IA) y recursos de Realidad Virtual (RV), con un plan de estudios diseñado por la IA, que monitoreará su progreso, detectará dificultades en tiempo real y propondrá ejercicios para conseguir superarlas, cada alumno tendrá un plan personalizado creado según sus capacidades.
Este experimento ha desatado una gran polémica, para algunos representa un gran avance porque consideran que todos los profesores son falibles y que si se quiere saber por qué un estudiante no está aprendiendo, la IA es más efectiva; para otros, es un error gigantesco, una deshumanización del proceso de aprendizaje que va en detrimento de habilidades interpersonales entre estudiantes y profesores. Para solucionar ese problema, los alumnos de ese programa estarán acompañados por tres tutores de aprendizaje que les prestarán apoyo por si los necesitan y vigilarán su comportamiento. Además, también se encargarán de impartir materias con las que la IA aún tiene dificultades, como arte y educación sexual.
Muchos centros educativos británicos están utilizando la IA en la planificación de lecciones. Sin embargo, el gobierno de ese país ha anunciado recientemente un proyecto que proporcionará a los docentes herramientas para utilizarla de manera más precisa, que incluirá un banco de información sobre planes de estudios que servirá para entrenar a la IA en la generación de modelos educativos, ayudando a profesores para corregir tareas y diseñar clases, pero que, hasta el momento, no se planea sustituirlos completamente.
En el marco del Día mundial de las y los docentes, este 5 de octubre, cuya celebración se centrará en "Valorar la voz del docente” para hacer hincapié en la importancia de incorporar los puntos de vista de los profesores en las políticas educativas y de fomentar un entorno propicio para su desarrollo profesional, en el que se informa que existe una escasez de docentes a nivel mundial, con una estadística alarmante: “se necesitan 44 millones de profesores adicionales para lograr la educación primaria y secundaria universal para 2030” (UNESCO, 2024), además de la falta de retención en países desarrollados que experimentan un abandono masivo de docentes de la profesión, cabe preguntarse, ¿es necesaria una reforma a nivel global para dignificar, diversificar y revalorar la profesión docente?
La importancia de los docentes en los procesos educativos está siendo cuestionada por la incursión de nuevas herramientas tecnológicas, pero ¿esto responde realmente a una consideración de personalización y mejora del proceso de aprendizaje o a una optimización de los recursos materiales, financieros y humanos que se destinan a este fin?
La educación es un proceso eminentemente humano que puede verse enriquecido por el uso de herramientas tecnológicas, pero que, al menos por ahora, no puede prescindir de la influencia de un docente.
Usted, ¿qué opina?