La industria automotriz es uno de los motores más importantes de la economía en México y en el mundo. De acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) en el año 2023 la industria automotriz representó el 4.7% del PIB Nacional y el 21.7% el PIB manufacturero en el cual se tuvieron alrededor de un millón de empleos directos y 3.5 millones de empleos indirectos. Adicionalmente, México ocupó el séptimo lugar entre los países productores de vehículos en el mundo.

Como consecuencia del crecimiento de la industria automotriz que se ha tenido en nuestro país en los últimos años, la demanda de talento ingenieril altamente calificado y especializado en las diversas áreas de la ingeniería, relacionadas con esta industria, también ha crecido de manera importante. Prueba de ello es que la oferta de programas académicos en ingeniería automotriz por parte de universidades públicas y privadas se ha incrementado sustancialmente en los últimos quince años. Anteriormente, los egresados de ingeniería mecánica, ingeniería industrial, ingeniería electrónica entre otras eran quienes ocupaban puestos en áreas de diseño, manufactura, producción y control de calidad tanto en las empresas armadoras como en las proveedoras de auto partes.

Este incremento en la demanda de talento representa un reto importante para las universidades en la formación de ingenieros con las competencias técnicas y personales necesarias para desempeñarse exitosamente en esta industria. Es importante mencionar que se considera que, en promedio, se requiere entre uno y dos años, y en ocasiones aún más para que un ingeniero recién egresado adquiera la experiencia necesaria que le permita desempeñarse profesionalmente en esta industria. Por esta razón un gran número de estudiantes de ingeniería realizan prácticas profesionales en empresas relacionadas con el sector automotriz las cuales pueden ser de mucha utilidad para reducir este tiempo. Con el fin de que los egresados de los programas de ingeniería puedan incorporarse más rápidamente, y que se reduzca la curva de aprendizaje de ellos en el sector automotriz, es necesario que exista una relación más estrecha entre las empresas del sector automotriz y las universidades para generar estrategias y proyectos conjuntos en los que los estudiantes de ingeniería puedan capacitarse y desarrollar competencias en áreas de este sector relacionadas con su carrera profesional.

Algunas actividades que en mi experiencia son de mucho valor y, además atractivas para los estudiantes que participan en ellas son actividades de aprendizaje vivencial tales como las competencias estudiantiles relacionadas con ingeniería automotriz tales como Electratón y Baja SAE. En estas competencias, los estudiantes no solo tienen la oportunidad de diseñar, construir y optimizar un automóvil eléctrico o de combustión interna, sino que también deben desarrollar competencias personales tales como trabajo en equipo, comunicación y el uso de la tecnología entre otras. Desafortunadamente el costo de participar en este tipo de competencias puede ser elevado por los materiales requeridos lo cual puede desmotivar a los estudiantes y sus universidades.

En algunos países como Inglaterra y Alemania empresas automotrices, proveedoras y armadoras, apoyan de manera importante este tipo de competencias a través de patrocinios económicos o en especie lo cual permite que los estudiantes desarrollen prototipos de autos altamente competitivos y que, como mencioné anteriormente, desarrollen las competencias técnicas y personales que se requieren para que un recién egresado se incorpore exitosamente en la industria automotriz.

Un ejemplo exitoso que tenemos en el Tec de Monterrey campus Puebla es el siguiente. Los estudiantes de ingeniería que integran la escudería BRacing están compitiendo en Electratón con un auto eléctrico diseñado y construido por ellos y gracias en gran parte a un patrocinio económico otorgado por la empresa Schaeffler. Esto, además de los éxitos y satisfacciones alcanzados en Electratón, les ha permitido adquirir competencias que seguramente les serán de gran utilidad en su vida profesional. Soy de la opinión que si más empresas replicarán este tipo de apoyos se podría generar sinergia entre éstas y las universidades para potencializar la participación de futuros ingenieros en este tipo de competencias y, como consecuencia, en la capacitación de talento que eventualmente ingresará a la industria automotriz.

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