En las últimas décadas plurales comunidades, defensoras, organizaciones y organismos internacionales en materia de derechos humanos han documentado las diversas agresiones cometidas en el marco de la defensa de sus territorios o, en términos amplios, de la vida, no solo humana.

Dos documentos publicados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos plasman estas agresiones en el continente. Estos abordan las afectaciones a la defensa de los derechos humanos y la criminalización de esta labor. Desde entonces, tanto el continente, como particularmente en Puebla y la región, las afectaciones han continuado, entre ellas, se señalan como obstáculos: “a) ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas; agresiones, amenazas y hostigamientos; b) campañas de desprestigio; c) violaciones al domicilio y otras injerencias arbitrarias; d) actividades de inteligencia; e) restricciones al acceso a la información y a las acciones de hábeas data; f) controles administrativos y financieros arbitrarios a las organizaciones de derechos humanos; g) impunidad en las investigaciones de ataques sufridos por defensores y defensoras”().

Por mencionar algunos ejemplos, en los últimos años se ha registrado en la región vulneraciones como la criminalización y detención arbitraria de Miguel López Vega () y Alejandro Torres Chocolatl () en el marco de la defensa del agua y la tierra en la región de Cholula y los Volcanes; las agresiones cometidas por la Policía estatal y la Guardia Nacional en contra de defensoras del Rio Metlapanapa que exigían se detuviera la construcción de un sistema de tubería de desechos tóxicos (); las agresiones en contra de pueblos nahuas de Juan C. Bonilla que se oponían a la construcción de un complejo de seguridad pública en la comunidad de San Lucas Nextetelco (); la desaparición de Sergio Rivera defensor del territorio en Coyolapa, opositor del proyecto hidroeléctrico Coyolapa-Atzala que generaría energía para la Minera Autlán; las agresiones en contra de integrantes de la Unión de Pueblos y Fraccionamientos Contra el Basurero y la Defensa del Agua (); así como el asesinato de Samir Flores en Morelos, en el contexto de la defensa frente al Proyecto Integral Morelos (PIM) ();

Una particularidad común en estas agresiones y violaciones graves de derechos humanos es que fueron cometidas contra comunidades e individuos que conciben y habitan el territorio de manera distinta a la predominante. Es decir, la vida es concebida, no solo como perteneciente a seres humanos sino una característica de la totalidad de seres en el mundo: Los volcanes, las montañas, el rio, el bosque, la tierra. Es así como, Carmen Cariño, refiere que las maneras de concebir la existencia, la vida, la realidad por comunidades indígenas y campesinas (ontologías relacionales), particularmente por las mujeres que le integran se “opone totalmente a la ontología moderna/capitalista/patriarcal […] en el fondo de esas disputas se encuentra un debate ontológico que es clave considerar en el momento actual de la crisis civilizatoria que hoy vivimos”.

Carmen, siguiendo a Edgardo Lander, menciona que la manera occidental de concebir la vida y la existencia (ontología moderna/capitalista/patriarcal) “separa y jerarquiza lo humano de lo no humano, la naturaleza de la cultura, el individuo de la comunidad, la mente del cuerpo, lo secular de lo sagrado, la razón de la emoción”. Por lo tanto, las afectaciones y violaciones graves a los derechos humanos citadas arriba se inscriben en medio de esta disputa por maneras de concebir la vida y permiten observar cómo se ejerce sufrimiento desde el mundo moderno-colonial contra otros mundos. Por ello, es importante atender lo señalado por las comunidades indígenas afectadas por procesos extractivistas, “la lucha no se reduce solamente a la defensa de recursos naturales”, la defensa del territorio, los animales, los muertos, deidades y de las personas que la encarnan tiene que ver con las distintas maneras de relacionarse con los mundos, sí en plural, y con los intereses para eliminarlas.

Finalmente, subrayo que la perspectiva hegemónica tiende a fomentar un modelo de desarrollo económico que se aprovecha de los “recursos naturales” a costa de las afectaciones al territorio, incluyendo los impactos de la violencia sociopolítica, para imponerlo en contra de quienes le habitan. Frente a este panorama, sigue vigente la denuncia en contra de las violaciones graves cometidas contra personas y comunidades defensoras del territorio, sin dejar de lado la crisis civilizatoria en la que se inscriben y, por lo tanto, co-construir horizontes políticos, sociales congruentes con ello, siendo las Universidades espacios de apertura para aportar a la reinvención de los mundos en relación y no solo a la reproducción de racionalidades coloniales-modernas donde impera en palabras de Aura Cumes el “mundo uno”.

1. Carmela Trujillo Cariño, “Ontologías relacionales, mujeres indígenas y campesinas en defensa de la tierra-territorio-vida”, Karina Ochoa, Jorge Mercado, et al. (coords.), Mundos indígenas territorio, movilidad, identidad, gestión, UAM - Azcapotzalco, Ciudad de México, 2019, pp. 64-79.
Google News