“¿Qué le van a creer a Loret de Mola?”, preguntó ayer el Presidente en su conferencia mañanera. Le respondo: a mí no me tiene que creer nada, créales a sus militares:
En el noticiario a mi cargo en Latinus presentamos documentos militares que exhiben los privilegios de José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del presidente de México, el que habitó la Casa Gris: las tareas específicas que realizó el Ejército cuando José Ramón y su esposa, Carolyn Adams, enfermaron de Covid a inicios del año 2021.
Los partes militares que revelamos están en los miles de archivos a los que se tuvo acceso tras el hackeo del Colectivo Guacamaya a los servidores de internet de la Secretaría de la Defensa Nacional. En el parte del 15 de febrero de 2021 se detalló la misión especial que realizaron elementos de las fuerzas armadas para recoger medicamentos especializados del almacén central de la Secretaría de Salud y de la Aduana del aeropuerto de la Ciudad de México (ahí estaban resguardados los medicamentos), y llevarlos al Hospital Central Militar dónde estaba hospitalizado José Ramón López Beltrán. Los medicamentos con los que fue tratado el hijo del presidente —Remdesivir y Baricitinib— se usaban alrededor del mundo con buenos resultados para tratar los síntomas de Covid, pero en México el gobierno no los distribuía a toda la población, no los autorizaba. Hoy sabemos que se reservaban a pacientes VIP.
En la tarjeta informativa con fecha 22 de febrero 2021 quedó establecido que, a petición de la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, se envió a la casa de la familia López Adams una oficial para apoyar con las actividades domésticas mientras la nuera del presidente estaba en aislamiento. La familia recibía consultas médicas domiciliarias y contaba con un servicio de enfermería 24 horas.
No lo digo yo. No lo dicen fuentes anónimas. Lo dicen en sus partes militares los elementos del Ejército del que es Comandante Supremo Andrés Manuel López Obrador.
En un país donde repiten que ya se acabaron los privilegios, estos son los privilegios que tuvo el hijo del presidente. Tuvo el privilegio de vivir, porque a él sí le dieron la medicina que al pueblo le negaban. Cuando José Ramón recibió el Remdesivir, México experimentaba la ola más mortífera de Covid. El Remdesivir evitaba al contagiado ir al hospital, ser intubado y morir. José Ramón tuvo Remdesivir. Qué bueno. En esas semanas, miles de pacientes no lo tuvieron… y miles no están aquí para denunciarlo.
¿Acceso a medicinas de primera? ¿Un convoy militar para que no sufras por el desabasto de medicamentos? ¿Enfermera a domicilio? ¿Limpieza doméstica sin costo? Está claro que México ya tiene un servicio de salud como en Dinamarca… para el hijo del Presidente.
SACIAMORBOS
Cuentan que un fin de semana tras una reunión a puerta cerrada en Bucareli —entre gobernadores, legisladores y corcholatas morenistas—, el ungido para recibir el “apoyo” de los senadores para las campañas es el nuevo senador de Tamaulipas, a quien por cierto ubican como concuño del exmandatario panista García Cabeza de Vaca.